Antes de cocinar las gambas al ajillo , es importante retirarles el intestino, un antiestético hilito negro que recorre toda su cola. Aunque su consumo no supone ningún riesgo para la salud, sí puede aportar un sabor amargo al plato, además de dejar restos de arena en la boca. Puedes hacerlo fácilmente con la punta de un cuchillo. En este práctico vídeo te lo contamos.