Nadie puede negar que el dúo café-leche es imbatible . Lo es porque el lácteo reduce la acidez de los granos molidos y realza su lado más achocolatado. Aprovechamos la excelente sintonía que hay entre estos dos ingredientes para darle un toque original e innovador a la receta tradicional. Su elaboración sigue siendo igual de fácil y rápida, pero el resultado es sorprendente. Para que las torrijas te queden exquisitas, usa pan del día anterior de calidad, que tenga la corteza fina, una miga densa y sea poco alveolado. Es importante que el pan esté un punto seco porque absorbe mejor la leche y la torrija queda más jugosa por dentro. Otro aspecto a tener en cuenta es el aceite en el que vayas a freírla; tiene que estar bien caliente. Para comprobarlo, echa un poco de piel de limón a la sartén. Si chisporrotea es que ya es momento de introducir las torrijas. Si te gusta dar un toque moderno a las recetas clásicas, prueba las torrijas de frambuesa con chocolate blanco , las torrijas al horno con almíbar de naranja o las torrijas de papaya . Te convencerán. Calienta la leche en un cazo con el azúcar, la canela y la corteza de limón lavada, removiendo para que no se pegue en el fondo. Cuando rompa a hervir, retira del fuego, añade 4 cucharaditas de café y deja enfriar. Mientras tanto, bate los huevos en un plato hondo. Corta el pan en rebanadas gruesas. Baña el pan en la mezcla de leche y café, escurre un poco y reboza en el huevo. Fríe las torrijas por ambos lados, en una sartén con aceite bien caliente, y déjalas escurrir sobre papel de cocina. Sirve las torrijas espolvoreadas con azúcar glas y con el resto del café. Variantes de las torrijas de café Sustituye la piel de limón y la canela por un chorrito de licor café, ron, Bailey’s, Kahlua o Grand Marnier. La corteza de limón intercambiable por piel de naranja. También se pueden usar ambas a la vez. Si te entusiasma el chocolate, mezcla un poco de cacao en polvo con el azúcar glas.