Todos tenemos un recuerdo de una empanada gallega riquísima que nos ha cocinado algún amigo o familiar de raíces gallegas... Pues ¿por qué no ser tú quien se anime a amasar y preparar una empanada casera! Esta receta es la clásica empanada de atún, pimientos, cebolla y tomate , pero hay otras variedades que incluyen carne o verduras, como la de acelgas . En Cocina Fácil tenemos incluso la empanada de berberechos , receta del chef Dani García, y la empanada de atún y verduras con huevo duro de la abuela , una receta con los sabores de siempre. Hacer una empanada es mucho más sencillo de lo que crees. Sí, ya, comprar una hecha es muy fácil, pero el sabor no tiene ni punto de comparación... Además, amasar es una actividad de lo más relajante y cultivas la paciencia, esperando que la masa crezca y doble su volumen. Ya sabes que como mínimo, tendrás que esperar una hora. Y un truquillo de nuestra receta es echar un poco del aceite del sofrito sobre la bola de la masa de la empanada. ¡Ya verás qué sabor! Si te gusta en formato más pequeño, prueba nuestras recetas de empanadillas . Luego también trabajarás tus habilidades manuales para el acabado de la empanada, haciendo con la masa un trenzado bonito como el que te mostramos. ¿A que no es tan difícil? ¡Pues manos a la obra! Aquí tienes paso a paso cómo triunfar con tu empanada gallega de atún. Consejos para una empanada gallega de atún y pimientos perfecta: Para esta empanada hemos elaborado una masa de pan . Una solución rápida si no tienes tiempo de amasar es utilizar una masa de empanada refrigerada. No será lo mismo que la masa casera, pero es un sucedáneo rápido y también queda bien. Una receta que quedará muy rica es la empanada exprés de pollo . En nuestro relleno, hemos sofrito la cebolla y el pimiento, pero si quieres abreviar pasos, se pueden añadir los ingredientes del relleno en crudo y se cocinan perfectamente, con un poco más de tiempo en el horno. Muy importante: una vez que tenemos el relleno cocinado, este tiene que estar ya frío al echarlo a la masa , ya que si se introduce caliente haría que la masa cruda se ablandara y el resultado final no sería bueno. Las capas de masa deben ser finas ya que, con el calor del horno, crecerán aumentando su volumen y si no son muy finas de partida luego quedaría un mazacote algo pesado. Hay que buscar un equilibrio con el relleno . Si pintamos la superficie con huevo para darle color queda más bonita, pero hay que tener en cuenta que el huevo se dora pronto y si no vigilamos puede que se nos tueste demasiado antes de que la masa esté cocida. Si es así, habría que taparla un poco por encima mientras se termina la cocción. También coge buen color en el horno sin huevo, si no quieres preocuparte. Agujerear la superficie pinchando con una brocheta o simplemente dejar un agujero en el centro a modo de chimenea es muy importante para dejar escapar el vapor del interior ya que, si no, se agrietará y se puede quebrar por arriba. El vapor intentaría salir por donde pueda y ya no nos quedaría bonita. Otras ideas para enriquecer tu empanada gallega de atún Puedes añadir un par de huevos cocidos al relleno. Para aprovechar el tiempo, puedes cocerlos mientras se prepara el sofrito. Luego, córtalos en daditos pequeños y agrégalos al relleno. Remueve para que se integren bien. También puedes agregar unas aceitunas verdes picaditas. Le aportarán un sabor especial. Si quieres darle un delicioso toque aromático, espolvorea por encima un poco de orégano seco . ¿Cuánto tiempo dura la empanada gallega en la nevera? Una vez hecha, la empanada casera aguantará en perfectas condiciones durante 2 o 3 días . Si hace frío, puedes guardarla en un sitio fresco, tapada con un paño y alejada de la luz del sol y de fuentes de calor. En cambio, si es verano y hace calor, lo mejor es tenerla en la nevera. La empanada también se puede comer fría o a temperatura ambiente, pero si la quieres recalentar, lo mejor es calentar el horno a 180 °C durante 10 minutos , apagarlo y depositar la empanada sobre la rejilla unos 5 minutos. Quedará deliciosa. Por otro lado, también la puedes congelar. Eso sí, debe estar cocida y fría. Envuelve las porciones en papel transparente de cocina o papel de aluminio , para que no se peguen entre ellas, y colócalas en una bolsa de congelación hermética. Así se conservarán 3 meses. Para descongelar las porciones, lo mejor es dejarlas en la nevera hasta que estén tiernas.