De vez en cuando me gusta comer pizzas caseras, de esas que son fáciles y gustan a todos. Suelo hacer dos distintas por aquello de variar, y la verdad es que son un éxito total. A veces me apetece esa combinación horneada de tomate, mozzarella, beicon y cebolla un día cualquiera pero, claro, no es cuestión de ponerme a amasar, por muy rápida que sea la pizza. ¿Y si probamos con un ingrediente menos conocido como es el papel de arroz?
Dale una oportunidad porque esta receta merece muchísimo la pena por varios motivos. El primero de ellos es que muy versátil y puedes prepararla con otras combinaciones. El segundo es que es muy ligera, y el tercero son sus bordes rellenos de queso, algo totalmente inesperado que le da un toque muy sabroso y original. Además, puedes cocinarla tanto en el horno como en la freidora de aire.
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Respecto a los ingredientes, estos no tienen mucho misterio: huevo, tomate, cebolla y beicon. En cuanto al papel de arroz, te diré que se trata de unas obleas finas y translúcidas, muy típicas para hacer tanto rollitos como otras elaboraciones. Por lo general, para poder trabajar con ellas, tendrás que sumergirlas durante 1 minuto en agua caliente, y a continuación extenderlas sobre un paño húmedo sin que se toquen entre sí.
Sin embargo, para hacer esta "pizza", tendrás que superponer tres de ellas, previamente sumergidas en huevo; de esta manera, quedará una base con más cuerpo, ideal para esos bordes con queso tan apetecibles. Rellenarlos no tiene ninguna dificultad, tan solo cortar el queso en bastones y posicionarlo bien para que queden los 4 lados iguales.