Si hay un aperitivo que siempre triunfa son las croquetas. Y hay muchas opciones más allá de las de jamón o huevo. Hoy te traemos unas croquetas de berenjenas y queso brie para que innoves tu repertorio y sorprendas a todos. La clave está en asar bien las berenjenas. ¿Sabes que, además, lleva gelatina? Mira el paso a paso de nuestro vídeo y verás qué fáciles de preparar son. 

Si te gustan las tapas madrileñas, tampoco debes ignorar nuestras recetas de las patatas bravas tradicionales, los torreznos o la ensaladilla rusa.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes.

El mejor bocadillo de calamares de Madrid

Y sí, al igual que existe el ranking de las mejores tortillas de patatas, de las mejores tartas de queso, de las gildas, de las croquetas y del cocido, también existe el de los mejores bocadillos de calamares. Porque si hay algo que adoramos en España, es comer bien. Bareto es conocido por preparar uno de los mejores bocadillos de calamares de la capital. A escasos metros de la Plaza de Cibeles, o también en Atocha (en el nuevo local que han abierto en el número 120 de la calle), podemos degustar su particular bocadillo de calamares.

Bautizado como "montado de chipirones", para darle un aire más moderno y diferenciador, este exquisito bocadillo de calamares con mayonesa, salsa brava y un pan crujiente e irresistible es una de las propuestas que nunca fallan durante los paseos por el conocido 'Triángulo del Arte' de la capital. No obstante, para una experiencia castiza completa, en Bareto también podremos probar sus gildas, sus torreznos, sus patatas bravas, su ensaladilla o los huevos rotos con patatas y jamón.

La receta del icónico bocadillo de calamares de Madrid

Tan sabroso como fácil y rápido de preparar, el bocadillo de calamares es uno de los platos más típicos que cualquier turista debe probar en Madrid. Te contamos cómo puedes hacerlo en casa para disfrutar de este bocado gourmet sin esperar las largas colas de la capital.

El bocadillo de calamares es un plato muy sencillo, pero su clave radica en la calidad de los ingredientes. Que el producto sea fresco marcará la diferencia, al igual que el esmero con el que hagamos su rebozado, al que también podremos echarle maicena, para que quede más esponjoso, o pimentón, para darle un extra de sabor. No obstante, la elección de un buen pan determinará el éxito o el fracaso de nuestro bocadillo de calamares.

Este pastel de mascarpone y fresas tiene ese aire de tarta de toda la vida, pero con un toque moderno y fresco. El queso mascarpone en la crema le da una textura ligera y un sabor menos dulce que la buttercream tradicional, lo que hace que cada bocado sea más equilibrado. Además, la combinación de fresas y bizcocho es sencillamente insuperable.

Suscríbete a Cocina Fácil por 1€/mes y crea tu propio libro de cocina ¡El más grande del mundo!

Si quieres prepararlo con crema de mantequilla (o buttercream), mira nuestro sencillo vídeo de cómo hacerla:

Esta receta parece más complicada de lo que es. Si te tomas tu tiempo y sigues los pasos con tranquilidad te aseguro que no hay ninguna dificultad y que el resultado es digno del escaparate de la mejor de las pastelerías.

¿Se puede hacer con antelación? Sí, y queda aún mejor

Uno de los secretos de esta tarta es que mejora con el reposo. Puedes prepararla el día anterior, guardarla en la nevera y decorarla justo antes de servir. El almíbar hará que el bizcocho esté más jugoso y los sabores se integren aún más.

Además, si no tienes mascarpone, puedes sustituirlo por nata montada bien firme, o incluso hacer una versión exprés con yogur griego azucarado. No será exactamente igual, pero también queda riquísima.

Una tarta que conquista a cuantos la prueban

No es solo bonita y vistosa, es que está de escándalo. Es uno de esos postres que, cuando lo sirves en la mesa, provoca un “¡oh!” generalizado. Y lo mejor de todo es que puedes adaptarlo al gusto, cambiar las fresas por frambuesas, melocotón en almíbar o lo que tengas a mano. Incluso puedes hacerlo en versión individual, usando moldes pequeños.

Si te apetece lucirte con una tarta casera que combina tradición y frescura, esta es tu receta. No necesitas ser un experto repostero, solo ganas de disfrutar y un poquito de paciencia. Porque cuando ves ese pastel terminado, con su crema suave y sus fresas brillantes, sabes que el esfuerzo ha merecido la pena. Y cuando des el primer bocado… ya no hay vuelta atrás. Vas a querer repetir. ¿Te animas?

En esta receta de lubina al horno, el ingrediente principal es la lubina, aunque, no habría problema en que utilizaras otro tipo de pescado si ya lo tienes en casa y necesitas consumirlo, o simplemente te gusta más. A partir de su cría en piscifactorías y su correspondiente bajada de precio, su consumo se ha generalizado con lo que es más fácil disfrutar de este delicado pescado de sabor suave y carne con textura firme y jugosa. También puedes encontrar lubinas salvajes en el mercado durante los meses fríos y hasta la llegada de la primavera.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes.

Una buena manera de preparar la lubina es hacerla al horno acompañada de verduritas, patatas o algún cítrico. Queda tan elegante que es perfecta para ocasiones especiales, tanto como la Navidad. Al igual que sucede con el resto de pescados, es esencial que controles el tiempo o se te pasará.

Otras recetas del estilo que merecen mucho la pena son la lubina al horno con timbal de verduras, la tradicional lubina a la sal con patatas y tomates cherry, la elegante lubina asada con pimienta rosa, patata y cítricos, la sabrosa lubina con salsa de setas o la lubina a la espalda con pimientos, una receta de la abuela vasca.

En cuanto al resto de ingredientes, el salchichón si es ibérico mejor que mejor; también podrías sustituirlo por jamón en daditos o beicon. Por último, el toque del pimentón de la Vera, ese toquecito perfecto que deja un exquisito sabor de boca.

Si te gusta, también podrás utilizarlo en estas judías verdes a la extremeña, unas jugosas patatas guisadas con pimentón y huevo al horno, las tradicionales patatas revolconas con panceta, el elegante solomillo con puré al pimentón, el bacalao fresco a la gallega o los chipirones salteados con salsa de ajo y pimentón.

Más recetas de pescado para quedar fenomenal

• El bacalao confitado sobre láminas de calabaza y queso es uno de esos platos que conquistará a tus invitados sin complicarte demasiado la vida. Es vistoso, resultón y puedes tenerlo listo en menos de 40 minutos.
• Este pastel de merluza y salmón con salsa rosa, es el plato ideal para que los peques de la casa se animen a tomar pescado. Se hornea en un molde al baño maría.
• Si te gusta cocinar con cítricos, anímate a preparar estos lomos de salmón a la naranja. Es una receta muy sencilla, que queda riquísima y que cocinarás en menos de media hora. ¿Estás preparando una cena romántica? Triunfarás.

• ¿Te apetece sorprender con un reconfortante plato de cuchara? Este guiso de bacalao con fideos es una bomba de sabor económica y saludable. Una receta de toda la vida, que conquistará a todo el mundo por la vista y el paladar.
• Otra receta tan saludable como rápida e infravalorada es la caballa en escabeche con ensalada. Y es que los alimentos preparados con esta técnica quedan muy gustosos y con una textura tan tierna que es una maravilla.

Para realizarlo solo se necesitan tres ingredientes: leche de coco, leche condensada y nata para montar. Nada más. Además, se prepara sin heladera, sin pasos complicados ni utensilios raros. Lo mezclas todo en un cuenco, lo llevas al congelador y… ¡listo!

Suscríbete a Cocina Fácil por 1€/mes y crea tu propio libro de cocina ¡El más grande del mundo!

Eso sí, antes de degustarlo es necesario que esté por lo menos durante unas 6 horas en el congelador. Luego, transcurrido el tiempo, ya lo puedes llevar a la mesa. Para apreciar todo su sabor, te recomiendo que lo saques del congelador entre 5 y 15 minutos antes de degustarlo. Ya verás: queda suave, cremoso y con un sabor a coco que es una maravilla. Desde el primer día que lo preparé ha conquistado a mis hijos y ahora, me lo piden cada dos por tres.

Si quieres probar otra variante exquisita, mira cómo hacer una copa de helado de coco y piña:

Otra cosa que me gusta mucho es que, al hacerlo en casa, controlas los ingredientes. No lleva conservantes, ni colorantes, ni esos ingredientes raros que muchas veces aparecen en los helados industriales.

Ideal para tomar en cualquier situación, tanto en una comida de diario como en una celebración especial, lo cierto es que cada vez que viene alguien a casa, aprovecho para prepararlo. Lo sirvo en copas bonitas, con unas lascas de coco por encima, para darle un toque extra de textura, o sobre unas galletas de helado y siempre acaban preguntándome la receta.

Si aún no te has atrevido a hacer tu propio helado, te animo a probar esta receta. Es fácil, rápida y, realmente, muy adictiva. Ya verás cómo, en cuanto la pruebes, se convierte en un básico en tu congelador.

• Al realizar esta receta puedes variar la cantidad de leche de coco en función si te gusta más o menos fuerte el sabor del coco. Yo lo he preparado con 180 mililitros, pero también quedará delicioso con un poquito más (200 mililitros) de leche o un poquito menos (160 mililitros).
• Si quieres aligerarlo un poco, puedes usar leche de coco light o nata vegetal. No queda exactamente igual de cremoso, pero sigue estando muy rico.
• A la hora de servirlo, puedes incorporar chips de chocolate negro, trocitos de piña o simplemente con unas hojitas de menta.
• Para un resultado profesional, ten presente que debes incorporar la nata montada con movimientos envolventes, de arriba abajo. Así la mezcla no perderá aire y lograrás que quede muy suave.

Otros helados que puedes preparar en casa

Si después de leer esta receta te han entrado ganas de realizar otros helados caseros, echa un vistazo al helado de mantecado. En esta ocasión se prepara con leche, azúcar, harina de maíz, yemas de huevo, cáscara de limón y canela. También puedes elaborar un helado de café con vainilla, una propuesta perfecta para los amantes del café, o una copa de helado de avellana con barquillos. Se acompaña con un crocanti de avellanas y azúcar.

El pollo es una carne blanca que da mucho juego. En casa nos encanta marinarlo con cebolla, vino y limón, empanarlo, añadirle especias a tutiplén o adobarlo. Recientemente he descubierto esta receta filipina que le da un sabor increíble, incluso si no lo dejas macerar.

Como suele suceder con la gastronomía tradicional, existen varias versiones de la misma: con más o menos ajo, más o menos azúcar (o ninguno), con miel o sin ella, con cebolla o sin ella, o incluso con leche de coco como el mítico pollo al curry. Al final se trata de que la adaptes a tus gustos y a lo que tengas en casa: si te apetece hacerla hoy mismo pero no tienes leche de coco, tira adelante y ya verás qué rica.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes.

La receta es facilísima. Deberás dorar los muslos de pollo y a continuación guisarlos en una mezcla de vinagre de vino blanco, salsa de soja, laurel, pimienta y azúcar (añade más o menos según tu gusto). No añadas la sal hasta el final de la cocción, ya que la salsa de soja lleva bastante. ¿Es necesario dejar el pollo macerando? Como te decía antes, hay gustos para todo y en esta receta se ha prescindido de ese reposo a fin de ganar tiempo. Los sabores son tan intensos que con el tiempo de guisado ya es suficiente para que se adhieran a la carne en cuestión.

Otras recetas de adobados son el lomo adobado a la antigua, el cazón en adobo a la andaluza, las chuletas de cerdo en adobo con patatas aliñadas, las costillas adobadas al horno, el lomo adobado a la sal del chef Enrique Sánchez, las brochetas de carne adobada con verduras, el conejo adobado con sofrito de pimiento y tomates cherry o el mero en adobo con ensalada de tomatitos.

Más recetas con pollo

• La primera propuesta llega en forma de pollo relleno de carne, verduritas y pistachos. Asegúrate de eliminar cualquier resto de plumas porque se cocina con piel. Como acompañamiento, una guarnición deliciosa de col lombarda y cardo.
• El pollo guisado con salsa de aceitunas es una receta andaluza tan fácil como espectacular. Tranquilo, no tendrás que escoger entre aceitunas verdes o negras porque lleva de las dos.
• Las tortitas empanadas de pechuga de pollo con queso son una idea de cena estupenda que gustará a todos. Acompáñala de una ensalada verde y ya verás qué rica y refrescante combinación.

• Si te apetece una alternativa más informal (pero igual de buena), apunta estas brochetas de pollo con salsa de soja, un plato que también lleva salsa de soja y azúcar caramelizado. Estos dos ingredientes aportan tanto sabor como color. ¡Entra por los ojos!
• El pollo relleno de foie, piñones y dátiles es, sin duda alguna, la receta que todos querrán copiarte. Su guarnición de manzana, cebollitas y frutos secos es impresionante. El pollo queda supercrujiente por fuera y muy jugoso por dentro.
• ¿Te apetece probar una receta más internacional? Tienes que probar el pollo Katsu japonés. Detrás de este nombre tan exótico, se encuentra un pollo rebozado con panko, el pan rallado japonés que aporta un toque extracrujiente.

Si eres un amante de los helados caseros, no puedes perderte tampoco este helado de coco y piña, con solo 3 ingredientes y en 2 pasos. ¡Queda delicioso!

La fruta, siempre protagonista

No es casualidad que Rodrigo de la Calle sea conocido como “el chef vegetal”. Su cocina da protagonismo a los ingredientes naturales, especialmente a las frutas y verduras, sin renunciar al sabor ni al placer. Por eso, su receta de helado casero tiene algo que muchos otros no: fresas de verdad. Y nada más. Bueno, casi nada más. 

Como dice Rodrigo, se trata de un helado muy sano que, además de fresas, lleva un toque de shisho morado, (una planta aromática). Pero si no la tienes a mano, no te preocupes: el truco principal no está ahí, sino en lo que haces con la fruta antes de triturarla.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes.

El truco está en el frío (y en saber elegir bien)

“Una parte de las fresas las vamos a congelar”, dice de la Calle. Y aquí está la magia. En lugar de hacer una mezcla y luego esperar horas a que se congele, el chef propone congelar previamente la mitad de las fresas. Así, al triturarlas junto a los demás ingredientes fríos, se obtiene una textura cremosa de helado al instante, sin necesidad de heladera ni de espera. Una maravilla para los impacientes (y los golosos).

Eso sí, para que el resultado sea de diez, hay que empezar por una buena materia prima. Y aquí va otro truco del chef: cuando vayas a comprar fresas, fíjate bien en sus semillas. “La fresa es la única fruta que tiene las semillas por fuera” nos dice Rodrigo, y cuando están maduras son rojas. Si están blancas o amarillas, la fruta todavía no está en su punto. Así que, ya sabes: busca fresas con las semillas rojas y acertarás siempre.

En total: cinco minutos de trabajo y un resultado que parece sacado de un restaurante de alta cocina. Porque lo es.

¿Qué tiene de especial este helado?

Más allá de su sabor, este helado es una opción saludable y perfecta para cualquier ocasión. No lleva conservantes ni colorantes artificiales, no necesita estabilizantes, y puedes ajustar el azúcar al gusto si prefieres una versión más ligera.

Además, las fresas son una fruta baja en calorías, rica en fibra y con más vitamina C que la naranja. Vamos, que lo de “helado saludable” no es un eslogan, es una realidad.

Y si encima el postre lleva la firma de un chef Michelin, el argumento es redondo.

¿Y el shisho?

El toque de shisho morado no es obligatorio, pero sí interesante. Aporta un aroma especiado y muy fresco, que combina muy bien con la fresa. Si no lo encuentras, puedes sustituirlo por unas hojas de menta fresca o albahaca.

Y si lo encuentras, úsalo sin miedo. El chef lo incluye en muchas de sus recetas porque además de aromático, es digestivo y decorativo.

Ideal para sorprender (y cuidarse)

Este helado tiene muchas virtudes, pero una de las mejores es su versatilidad. Puedes servirlo como postre tras una comida veraniega, en una merienda especial, o como tentempié refrescante a media tarde. No necesitas maquinaria complicada ni ingredientes raros. Solo fresas, nata y el congelador.

También puedes adaptarlo con otras frutas: frambuesas, mango o plátano. El truco de congelar parte de la fruta funciona igual de bien y te abre la puerta a todo un mundo de helados caseros exprés.

¿Te animas a probarlo?

En un mundo donde lo industrial lo invade todo, esta receta demuestra que lo casero sigue siendo insuperable. El helado de Rodrigo de la Calle no solo está a la altura de su cocina, sino que es tan sencillo que cualquiera puede prepararlo en casa. Solo necesitas fresas maduras (con las semillas bien rojas), un poco de tiempo… y ganas de disfrutar.

Así que la próxima vez que pienses en comprar un helado, ya sabes: congela unas fresas, saca la batidora y prepárate para saborear el verano como un auténtico chef con estrella.

Si eres de los que no pueden vivir sin una buena tortilla jugosa, puedes probar esta deliciosa tortilla de patatas y cebolla, o si te apetece innovar, atrévete con una tortilla de patatas con pulpo y mayonesa de piquillos, una más sabrosa aún con beicon, jamón y queso o la tortilla campera de patata, cebolla, calabacín y piquillos.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes.

En su casa, Blanca lo tiene claro y apuesta por la cocina tradicional, sencilla y de sabor auténtico. Y eso se nota en sus elecciones: ama el picante, no falta salsa en su despensa, y si tiene que elegir un plato de siempre, recuerda con cariño la menestra de verduras que preparaba su abuela. Eso sí, si hay tortilla, que sea sin cebolla.

Y tú, ¿de qué equipo eres?

Con cebolla o sin ella, la tortilla de patatas sigue siendo un símbolo de nuestra cocina. Esta versión, sencilla y tradicional, es perfecta para quienes buscan el sabor auténtico de siempre. ¿Te animas a prepararla y comprobar si menos es más?

¿Cebolla sí o no? Una cuestión de gustos

Más allá del debate, lo cierto es que hay tantas formas de hacer tortilla como cocinas en España. La versión sin cebolla, que defiende Blanca Romero, resalta el sabor puro de la patata y el huevo, y es perfecta para quienes prefieren una textura más compacta.

Otros, sin embargo, no conciben este plato sin el toque dulce que aporta la cebolla pochada. Y después están los más creativos, que no dudan en incorporar diferentes ingredientes para llevar la receta a otro nivel. Lo interesante es que se trata de una elaboración sencilla, económica y versátil, que admite múltiples variaciones sin perder su esencia. 

En cualquier caso, tanto si apuestas por la tradición como si te gusta experimentar, preparar una buena tortilla casera es siempre un acierto. Solo necesitas ingredientes básicos y un poco de mimo en la cocción.

No hay postre más ligero que una tarta de yogur. Si, además, tiene algún toque cítrico, se convierte en una opción refrescante y perfecta para verano. Hoy te traemos una tarta de yogur griego con naranja, la perfecta sustituta para las clásicas tartas tipo cheesecake, ya que el sabor del yogur es más suave y menos invasivo. Sigue el paso a paso de nuestro vídeo. ¡Te encantará!

Imagínate poder disfrutar en tu propia casa de unos pancakes esponjosos, con un toque dulce, pero sin empalagar, acompañados de un sorbete de limón fresquito y ese punto ácido de los frutos rojos. ¿Se te hace la boca agua? Pues espera a probarlos.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1€/mes

Lo mejor de esta receta es que no necesitas ser un experto para que salga bien. No hay trucos complicados, ni ingredientes raros. Solo hay que mezclar, hornear y el postre está listo. Además, al usar harinas sin gluten como la de trigo sarraceno y la de teff, estos bocaditos quedan con una textura ligera, sorprendente y por supuesto superagradable. Y para prescindir del azúcar refinado le damos el toque dulce usando sirope de agave, que además de ser sanísimo aporta un sabor suave y natural.

Y para un día más goloso, prueba también la versión de las típicas tortitas americanas, bañadas en chocolate:

Si nunca has probado a hacer pancakes en casa, con esta receta de Cocina Fácil te lo ponemos en bandeja de plata. Aprovecha el momento, te aseguro que son perfectos para sorprender en un desayuno especial, una merienda o incluso como postre en una comida especial. La combinación con una bola de sorbete de limón es simplemente espectacular. Tienes que preparar esta maravilla. ¡No hay excusas!

Tienes que preparar esta receta en tu cocina, porque es fácil, porque está deliciosa y porque es un postre que no empalaga y gusta a todo el mundo. Es el equilibrio perfecto entre lo dulce y lo refrescante. Además, la mezcla de harinas sin gluten hace que sean más digestivos y ligeros que los pancakes tradicionales, sin perder un ápice de sabor.

También es una receta que se adapta a cualquier momento. ¿Desayuno especial? Hecho. ¿Merienda con amigos? Perfecto. ¿Un postre rápido pero vistoso? No falla. Y lo mejor es que puedes personalizarla: cambia el sorbete de limón por helado de coco o mango, usa otra mermelada o añade frutos secos por encima para un toque crujiente.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes

¿Dónde está el restaurante que arrasa con su carbonara?

El restaurante se llama Mercato Ballaró  y se encuentra en Madrid. En este, no se andan con versiones adaptadas, hacen la carbonara como en Roma, con guanciale, yema de huevo, queso pecorino y un toque generoso de pimienta negra. Ni rastro de nata. El resultado es una salsa cremosa que se unifica perfectamente a la pasta al dente, y que te sorprende al primer bocado.

El chef siciliano Angelo Marino, responsable del restaurante, ha logrado crear un espacio donde se respira respeto por la cocina italiana sin renunciar a la creatividad. Y eso se nota especialmente en la carbonara, que muchos consideran una de las mejores de Madrid.

¿Por qué se ha hecho tan viral?

La clave está en la combinación de producto, técnica y autenticidad. En redes sociales, muchos foodies e influencers han destacado lo bien preparada que está la carbonara de Mercato Ballaró, y lo han mostrado en vídeos donde se aprecia la cremosidad de la salsa y la textura perfecta de la pasta. 

 

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una publicación compartida por Mercato Ballarò (@mercato_ballaro)

Además, es un restaurante que cuida los detalles. Desde la forma de emplatar hasta el maridaje, todo está pensado para que la experiencia sea redonda. De ahí que muchos lo hayan convertido en su lugar de referencia cuando quieren comer una buena pasta.

Otras opciones si te gusta la pasta 

Aunque la carbonara es la estrella, no es el único plato de pasta que merece la pena. En Mercato Ballaró también destacan otros clásicos como la cacio e pepe, la norma con berenjenas o unos raviolis rellenos de temporada que cambian con frecuencia.

También ofrecen opciones vegetarianas y sin gluten, por lo que es fácil ir con amigos o en pareja aunque tengáis gustos distintos o alguna intolerancia. Y todos los platos siguen una misma línea: producto de calidad, recetas tradicionales y mimo en cada detalle.

Las valoraciones en Google, TripAdvisor y redes sociales hablan por sí solas. La mayoría de quienes prueban su carbonara coinciden en que es una de las mejores de Madrid. Destacan el sabor, la textura y la fidelidad a la receta original, pero también el trato cercano del equipo y el ambiente del local.

¿Vale la pena probarla?

Totalmente. La carbonara de Mercato Ballaró es uno de esos platos que se quedan en la memoria, y que demuestran que cuando se hace bien, la cocina italiana no necesita grandes adornos. Solo ingredientes buenos, técnica y pasión por el oficio.

Mercato Ballaró no es solo un restaurante es una declaración de amor a la gastronomía italiana. Si buscas autenticidad, sabor y una experiencia que te transporte directamente a las trattorias de Italia, este es tu sitio. Y aunque la carta tiene muchas opciones, su carbonara se ha ganado a pulso el título de imprescindible. Un plato que, si te gusta la pasta, tienes que probar. 

Si te encantan los guisos de pollo con sabores originales no puedes dejar de probar el pollo cásate conmigo, el pollo al limón, el pollo asado a la naranja o el pollo a la toscana.

Además del pollo y de la salsa de soja, la receta que te presentamos hoy, lleva azúcar moreno, unos dientes de ajo, jengibre y mirin, un condimento muy habitual de la cocina japonesa, de textura ligeramente untuosa y sabor dulzón, que a la que lo pruebes te va a enamorar.

Suscríbete a Cocina Fácil por solo 1 €/mes: recibirás la revista del mes, tendrás acceso a todas las anteriores y podrás leer dónde y cuándo quieras ¡Incluso sin Internet!

Yo preparo este guiso de pollo en salsa de soja sobre todo los fines de semana, cuando tengo más tiempo y ganas de experimentar. Me gusta servirlo en una fuente bonita, con arroz basmati o jazmín bien esponjoso, y espolvorear por encima unas rodajitas de cebolleta. ¡Queda precioso y riquísimo! Además, ese aroma que inunda la cocina mientras se va haciendo es irresistible…

Y para que tú también puedas dejar a los tuyos con la boca abierta, no te pierdas esta receta. Además, es facilísima de realizar.

Ideas y variantes para el pollo guisado en salsa de soja o shoyu chicken

• Yo suelo cortar el pollo en trozos tamaño bocado para que se cocinen más rápido. Además, así, los comensales no necesitan cuchillo (algo que se agradece, sobre todo en este tipo de platos). Pero si te apetece, puedes hacerlo con muslos, contramuslos o incluso alitas. También queda estupendo si usas un pollo entero troceado, que además resulta más económico. Yo siempre lo preparo sin piel, pero si a ti te gusta más con, ¡adelante!
• Si quieres que la salsa quede más espesa, retira el pollo de la cazuela cuando ya esté cocinado y deja reducir la salsa a fuego fuerte unos minutos. También puedes añadir una cucharadita de harina fina de maíz disuelta en un poco de agua. ¡Verás qué textura tan rica y brillante!

• En cuanto a los acompañamientos, el clásico es el arroz blanco, pero si quieres variar un poco, también puedes servirlo con cuscús o con unos espaguetis o tallarines. Eso sí, si te decides por la pasta, procura que esté al dente para que contraste con la suavidad del pollo.
• Para un toque final, puedes optar por unas rodajitas de cebolleta, que siempre le da un aire fresco y un color muy bonito, pero también puedes optar por cebollino picado o unas semillas de sésamo. ¡Le van de maravilla! Incluso puedes darle un toque ligeramente especiado y picante con un poco de jengibre fresco rallado justo al final.
• Si no encuentras mirin, no te preocupes. Puedes sustituirlo perfectamente por vino blanco. El sabor será distinto, pero igual de sabroso.

Otras recetas exquisitas con pollo

Si te gustan los platos especiados, no dejes escapar el pollo al curry tikka masala (con vídeo), un clásico de la cocina de la India que te conquistará por su aroma y su delicioso sabor. También puedes probar el pollo al horno turco. La carne se macera, primero, con una mezcla de yogur y especias, y luego se cocina con patatas, cebolla, tomatitos. Su sabor a kebab te cautivará.

¿Qué es lo que la hace tan especial? Su sabor, ya que está elaborada con tomates frescos San Marzano, además de llevar también aceite de oliva virgen extra, ajo y albahaca (como ves, no lleva cebolla). Esta variedad de tomate también se usa en la preparación de pizzas ya que su pulpa resulta menos ácida. Los tomates más similares que encontrarás en tu frutería habitual son los de pera, bien carnosos, que pueden sustituir a los italianos.

Suscríbete a Cocina Fácil por 1€/mes y crea tu propio libro de cocina ¡El más grande del mundo!

Para preparar los tomates, lo suyo es que los limpies bien, les quites las semillas y la piel y los cuezas en una cazuela de barro, donde previamente se han frito unos ajos. Al final solo te quedará agregar la albahaca, aceite y emulsionar con varillas.

Una vez tengas la salsa, podrás preparar los espaguetis. Aquí es importante que tengas en cuenta los tiempos para que no se pasen, así que cuécelos al dente, escúrrelos y mézclalos enseguida con la salsa. ¿Podrías utilizar otro tipo de pasta? Sin problema, ya sea pasta seca, fresca, corta, larga o incluso rellena. A tu gusto.

También puedes personalizar el tipo de queso que espolvorearás al final, lo ideal es que sea intenso como el parmesano, el pecorino o el grana padano. Por último, aunque generalmente se hace con albahaca, si no tienes podrías sustituirla por orégano sin problema. 

¿Quieres conocer otras formas de preparar los espaguetis? Te encantarán los espaguetis con almejas y salsita de ajo y perejil con vino, los espaguetis "cacio e pepe" de la abuela romana, los espaguetis con salsa de pesto rojo, los espaguetis con champiñones, alcaparras, ajos y guindillas, los espaguetis con verduritas, setas y gambas o la tradicional receta de espaguetis a la carbonara, esta vez elaborada con nata y beicon.

Más recetas con pasta

• ¿Te apetece seguir disfrutando de la cocina italiana? Déjate conquistar por estos raviolis con carbonara de jamón. La receta original de salsa carbonara no llevaba nata, solo huevos, queso pecorino o parmesano, panceta, pimienta y aceite. 
• La pasta mafalda a la crema de puerros es otra de las opciones top que tienes que probar. Su suavidad y su irresistible sabor cautivará a todo aquel que la pruebe. Perfecta para tomar a diario o en fines de semana, estará todavía mejor si la gratinas unos minutos antes de servir. 

• Los macarrones caponata son una de las recetas italianas que más gustan. Berenjena, tomate, cebolla y piñones son algunos de los ingredientes de la caponata, el clásico de la cocina siciliana que admite muchas variaciones, a cada cual más rica.
• Si te van las setas, disfrutarás muchísimo con los tallarines al funghi. Esta versión de la clásica receta se prepara en menos de 15 minutos y no requiere grandes conocimientos culinarios. Un truco para que la salsa te quede mejor es pasarla por un colador chino. 

Los pimientos asados al hornoson la base perfecta para infinidad de recetas: desde ensaladas llenas de sabor hasta aperitivos con hojaldre, como unas roscas crujientes, pasando por pizzas caseras o platos con bacalao, ya sea en forma de timbal o simplemente al horno sobre una cama de pimientos. Incluso puedes hacer infinidad de recetas de pimientos rellenos. Las opciones son infinitas. Sin embargo, hay un paso que suele dar más pereza que placer: pelarlos. A veces la piel se resiste y la tarea se vuelve engorrosa.

Pero no te preocupes, porque cuando descubras este truco, todo cambiará. Belén Casal, experta en cocina, te ofrece la solución: "Pelar pimientos asados nunca fue tan fácil, con este truco la piel sale sola, solamente con intentar despegar suavemente la piel del pimiento, va a salir del tirón y completamente sola".

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes

¿Cómo pelar pimientos asados fácilmente?

El primer paso, claro, es asar los pimientos correctamente. Para que se puedan pelar bien después, es importante que la piel quede bien tostada. Lava los pimientos, sécalos y colócalos en una fuente apta para horno con un chorrito de aceite de oliva y un poco de sal. No los cortes ni los pinches: ásalos enteros, ya que eso ayuda a que suelten su jugo y queden más jugosos.

Precalienta el horno a 200 °. Una vez alcanzada esta temperatura, baja a 180 ° y programa la función de ventilación con calor arriba y abajo. Coloca los pimientos sobre papel de horno en una bandeja refractaria y ásalos durante unos 60 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción. El objetivo es que la piel se tueste bien por todos lados. No te preocupes si ves zonas quemadas, eso facilitará mucho el pelado.

El truco para pelarlos sin esfuerzo

Y aquí llega el truco que marca la diferencia: nada más sacar los pimientos del horno, cúbrelos con papel film o colócalos en un recipiente tapado. Déjalos “sudar” durante unos 30 minutos. Este paso es clave, ya que el vapor que se genera en el interior afloja la piel y hace que después se desprenda casi sola. Una vez templados, retira el film y verás que puedes pelarlos sin esfuerzo, con las manos o con ayuda de un cuchillo pequeño.

Y ahora que, como dice la experta "dejarás de pelearte con la piel y no te dará pereza asar pimientos"  porque ya sabes cómo conseguir unos pimientos asados perfectamente pelados, te proponemos una forma diferente y deliciosa de disfrutarlos: en una pizza casera con caballa, tomates, cebolla y alcaparras. Una combinación mediterránea, saludable y muy fácil de preparar. A continuación te dejamos los ingredientes y el paso a paso para que la prepares en casa y aproveches todo el sabor de unos buenos pimientos asados.

Pizza de caballa y pimientos asados

Esta receta tan tradicional queda deliciosa, pero si eres un amante de los pistos, tampoco  puedes perderte nuestro pisto tradicional con berenjena o el zaalouk, el pisto marroquí de berenjena y tomate.

Suscríbete a Cocina Fácil y accede por 1 €/mes a todo el contenido exclusivo de la web. No te pierdas todas las novedades que tenemos para ti

La alboronía que te traemos hoy no es un simple pisto con nombre exótico. Es un plato que habla de mestizaje, de convivencia y de cómo, durante siglos, las cocinas cristianas, musulmanas y judías fueron dejando huellas en las cazuelas del otro. Chicote lo resume en una frase que dice mucho más de lo que parece: “Suena a las tres culturas”. Porque sí, este guiso lleva en su ADN la historia de la península.

Una princesa andalusí y un guiso de boda

Según la leyenda, este plato tan nuestro tiene un origen romántico. La primera vez que se preparó fue el día de la boda de la princesa Al-Buran, en la Córdoba califal. De hecho, de su nombre derivaría la palabra alboronía, que pasó del árabe a nuestra cocina para quedarse. Aquel día, lo que comenzó como un festín nupcial se convirtió en una de las bases de la tradición gastronómica española.

Lo más fascinante es cómo este plato, nacido de una celebración, se fue enriqueciendo con el paso del tiempo. La llegada de nuevos productos, el intercambio de especias y la sabiduría popular lo transformaron en el pisto que hoy conocemos… o, mejor dicho, en su antecesor glorioso.

Verduras con historia y sabor

En su restaurante Omeraki, Chicote deja claro que este no es un plato cualquiera. La alboronía no solo está rica: tiene fondo. Y eso empieza con los ingredientes. “Vamos a poner primero las cosas que son más duras de cocer”, explica mientras va sofriendo cebolla, pimiento y calabaza. “Cinco minutitos”, apunta, demostrando que la precisión en cocina no es un lujo, sino una norma.

Pero más allá de los tiempos de cocción, lo que de verdad importa es el trasfondo. “Trae productos que no había antes y que vinieron mezclándose las culturas”, dice señalando verduras como la berenjena o la calabaza. Esos ingredientes que hoy damos por nuestros y que, sin embargo, llegaron a nuestras tierras gracias a esa fusión de pueblos y tradiciones.

Las tres culturas en una cazuela

Para Chicote, la cocina es historia comestible. Y la alboronía es uno de sus mejores ejemplos. “Muchas de las verduras que ahora consideramos como nuestras forman parte de este legado”, afirma. Alcauciles, alcachofas, berenjenas… incluso la caña de azúcar, que sustituyó a la miel como endulzante, llegaron a nuestra cocina gracias a esa convivencia entre religiones y saberes.

Y no solo hablamos de productos. También de técnicas, de sabores, de ese gusto por el uso de las especias que trajeron los musulmanes y que aún hoy sigue marcando nuestros guisos más tradicionales. Chicote lo tiene claro: “El azafrán, muchas de las especias que usamos... todo eso viene de ahí”.

Comer como se hacía antes: sabroso y saludable

Una de las cosas que más llama la atención de este plato es que, a pesar de su antigüedad, encaja a la perfección con nuestra idea actual de la alimentación saludable. Nada de grasas saturadas ni aditivos. Verdura fresca, cocinada con mimo y con un sentido claro: el del equilibrio. “En esa época, la comida ya se entendía como una parte fundamental de la salud”, comenta Chicote. “Era casi medicina”.

Y aunque él sea un enamorado de la cocina de vanguardia, sabe muy bien que lo de antes sigue teniendo mucho que decir. Por eso, cuando se mete en harina con recetas como esta, se nota que lo hace con respeto y con emoción. Porque, como él mismo dice, “los platos antiguos nos enseñan cosas nuevas cada día”.

El pisto más sabroso de la historia

Puede que lo llames pisto, que lo asocies a lo que te preparaba tu abuela o que lo tengas en la lista de tus platos de diario. Pero después de conocer la historia de la alboronía y probarla con el toque de Chicote, verás que es mucho más. Es el origen, el punto de partida. El lugar donde se cruzan culturas, verduras, sabores… y siglos.

Y esa es la magia de la cocina de verdad: cuando un simple plato de verduras salteadas es capaz de contarte una historia mejor que cualquier libro de texto.

¿Te animas a prepararla en casa?

La receta es sencilla, pero lleva consigo todo un legado. Solo necesitas pimientos, cebolla, calabaza, berenjena y, si quieres darle un punto más tradicional, un toque de comino o azafrán. Lo importante no es solo cómo lo haces, sino el respeto con el que lo haces. Porque, como bien dice Chicote, “cada cucharada es un viaje en el tiempo”.

Así que ya sabes: si te apetece un plato con fundamento, sabroso, sano y con historia, prueba a hacer la alboronía. Es, sin duda, la madre de todos los pistos. 

Aunque el gazpacho es una receta veraniega por excelencia, si eres fan de la cocina reconfortante y tradicional, te recomendamos también echar un vistazo a recetas de cuchara como este puchero de garbanzos con huevo y picatostes, este puchero de patatas, zanahorias y seitán con shiitakes frescos o este puchero de verduras, perfectos para los días en que apetece algo caliente. De hecho, María Galiana confesaba en la misma entrevista: "Me gustan todos los cuchareos, pero el puchero, el que más".

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes.

Hoy te traemos el paso a paso de cómo preparar el gazpacho tal y como lo hace María Galiana, ideal para refrescarte con sabor andaluz. Y con sus trucos especiales: "Como soy tan vieja empecé a hacerlo de chica majándolo. El tomate tiene que ser buenísimo y el pan de bollo, por supuesto. El aceite cuanto más virgen, mejor" explica la actriz.

Lo que hace especial la receta de María Galiana no son ingredientes secretos ni técnicas de alta cocina, sino la fidelidad a lo auténtico. Nada de gazpachos envasados ni versiones gourmet, su receta es la de toda la vida, con sabor de casa, al de las abuelas, al de una Andalucía que sabe a verano y a sobremesa en familia.

También es un recordatorio de que comer bien no tiene por qué ser complicado. A veces, todo lo que necesitamos es un puñado de ingredientes frescos, una buena batidora y el cariño con el que lo preparamos.

Las recetas de siempre no pasan de moda

Volver a lo de siempre, tiene algo reparador. Y en tiempos donde todo está lleno de modas pasajeras, rescatar una receta como esta es también una forma de parar y disfrutar de lo simple.

Así que si todavía no sabes qué preparar en los días más calurosos del verano, el gazpacho de María Galiana puede ser justo lo que necesitas: sabor, frescura y tradición en cada cucharada.

Schema: Receta

Las tartas de galletas, llamadas habitualmente "tartas de la abuela", son todo un clásico en la mayoría de los hogares. Protagonistas de numerosos cumpleaños y fiestas infantiles, son muchas las personas (yo me encuentro entre ellas) que relacionan estas delicias con algún recuerdo entrañable de su infancia. Lo mismo pasa con los bizcochos de chocolate o las tartas de manzana. 

Las tartas de galleta son vistosas y facilísimas de preparar —incluso te pueden echar una mano los peques de la casa—, y quedan tan ricas que, en cuanto llegan a la mesa, desaparecen en un suspiro. ¡Siempre triunfan! Estoy convencida de que, si hiciéramos una encuesta sobre las mejores tartas caseras, estarían en el pódium de las más deseadas.

Elaboradas con capas de galletas y de crema generalmente de chocolate (en nuestra selección encontrarás otras versiones), estas tartas tienen una gran ventaja: no necesitan horno. Así te ahorras tiempo y dinero.

En cuanto a las galletas, las más utilizadas suelen ser las clásicas María, pero hay quien prefiere las de canela, tipo napolitanas, o incluso las de chocolate. Para el montaje, lo ideal es usar galletas cuadradas, porque encajan mejor y no dejan huecos, aunque también se pueden usar redondas si es lo que tienes a mano.

Y, por último, un punto fundamental: para que queden bien firmes, es esencial respetar los tiempos de reposo en la nevera o en el congelador, según indique la receta. Así conseguirás que la tarta no se desmorone al llevarla a la mesa.

Tarta de galletas y chocolate negro, con un toque de limón

Si quieres darte un capricho dulce, no dejes escapar esta tarta de galletas y chocolate negro. Apenas da trabajo, no necesita horno y, además, está para chuparse los dedos. Prepárala en una reunión familiar y no dejarán ni las migas.

Tarta de galletas con mousse a los 3 chocolates

Aunque a la vista pueda ser complicada de realizar, lo cierto es que esta tarta de galletas con mousse a los 3 chocolates no tiene ninguna dificultad. Solo tienes que ir alternando las capas de galleta con las distintas mousses de chocolate y dejar en la nevera varias horas para que coja cuerpo. Antes de servir, se decora con unas lascas de chocolate y unos orejones.

Tarta de galletas y chocolate, rápida y fácil

Hoy te descubrimos una versión, supersencilla y rapidísima, de la conocida tarta Príncipe Regente. En lugar de preparar el milhojas con láminas de bizcocho, se utilizan galletas rectangulares. De esta manera, además, te evitas encender el horno. También lleva crema de chocolate casera y nueces picaditas.

Tarta de chocolate con galletas

Si en casa sois fans de la crema de chocolate y avellanas, esta tarta de chocolate con galletas te va a entusiasmar. Es bonita, vistosa y tiene un sabor espectacular. Para que la tarta quede bien firme, es importante respetar los tiempos de reposo en el congelador.

Tarta de galletas de chocolate sin horno con queso blanco y dulce de leche 

También conocida como chocotorta, esta tarta de galletas de chocolate sin horno con queso blanco ydulce de leche queda tan rica y es tan sencilla de hacer que se convertirá en un clásico de tu recetario. Lleva queso para untar, café soluble, dulce de leche casero y, evidentemente, galletas rectangulares de chocolate.

Tarta de galletas y natillas de la abuela (con chocolate)

Elaborada con cuatro capas de galletas María y natillas de chocolate, esta tarta de galletas de la abuela tiene un corte tan bonito que, a la que llegue a la mesa, conquistará a todos tus comensales. Es perfecta para servir en una celebración familiar.

Otras recetas con natillas

• Natillas de chocolate con cacao caseras
• Natillas de dos colores con bizcochos
• Natillas de chocolate con crujiente de guirlache

Tarta de galletas y natillas con cobertura de chocolate

Esta receta de tarta de galletas y natillas con cobertura de chocolate te hará quedar muy bien en una comida especial. Primero se prepara la tarta alternando capas de galletas y natillas, y, luego, se completa con una cobertura hecha de gelatina, nata para montar, agua, azúcar y cacao en polvo.

Tarta de pistacho, chocolate y galletas

Esta tarta de pistacho, chocolate y galletas queda tan bonita y tiene una combinación de sabores tan gustosa que, incluso, conquistará a tu abuela. Para realizarla solo necesitas 4 ingredientes: galletas rectangulares, chocolate negro fondant, mantequilla y pistachos pelados. Para que tome consistencia, deja el pastel en la nevera durante un mínimo de cuatro horas.

Tarta de galletas, crema y chocolate

Original y resultona, esta tarta de galletas, crema y chocolate te hará quedar muy bien en cualquier situación. Se prepara con galletas cuadradas y lleva una generosa capa de crema pastelera que hará las delicias de todos tus comensales. Para la cobertura, necesitarás nata para montar y chocolate negro para fundir.

Tarta de galletas con chocolate blanco

En esta ocasión, te proponemos una versión diferente de este postre tan tradicional: una tarta de galletas con chocolate blanco. Es tan sencilla de realizar y queda tan bonita que no te dará pereza hacerla cada dos por tres. Y, lo mejor, es que no necesitas utilizar el horno.

Suscríbete a Cocina Fácil y guarda todas tus recetas en el libro de Cocina más grande del mundo: solo 1 €/mes

El plato en cuestión son contramuslos de pavo rellenos de jamón cocido y queso, horneados sobre una base de verduras. Un plato económico, fácil de preparar y muy resultón que, según confiesa, también le encanta a su nieto. Y es que esa es la clave del éxito: ingredientes básicos, resultado delicioso y apto para toda la familia.

Una vez más, Celia Villalobos demuestra que no hace falta complicarse para disfrutar de una comida rica, nutritiva y bien presentada. Esta receta es ideal para quienes buscan comer ligero sin renunciar al sabor, y además, se adapta perfectamente al día a día.

La combinación de pavo, jamón y queso siempre es un acierto, pero si lo prefieres, puedes variar el relleno con ingredientes que tengas a mano, como espinacas, setas, queso azul o incluso una mezcla de frutos secos. Lo importante es no complicarse y aprovechar lo que tenemos en la nevera.

Un punto a favor de esta receta es que apenas mancha y se cocina prácticamente sola en el horno. Perfecta para esos días en los que no tienes mucho tiempo ni ganas de cocinar, pero sí de comer bien. 

En definitiva, una receta práctica, saludable y muy fácil que puedes hacer en cualquier época del año y que encantará a mayores y pequeños.

Así que ya sabes, ponte el delantal, abre la nevera y atrévete con estos contramuslos rellenos al estilo Celia Villalobos. ¡Sientan divinamente!

Si te animas con esta propuesta, seguro que también te interesan otros aperitivos con foie que puedes preparar fácilmente, como estas croquetas de boletus y foie, unas delicadas tartaletas de mousse de foie con moscatel o el clásico y elegante pincho de foie micuit y manzana.

Suscríbete a Cocina Fácil y disfruta de todas las ventajas que tenemos para ti. Crearás tu libro de cocina, accederás a contenido exclusivo y mucho más ¡Por solo 1 €!

 

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una publicación compartida de José Andrés (@chefjoseandres)

Este bocado forma parte de la carta de É by José Andrés, un restaurante exclusivo situado dentro del hotel The Cosmopolitan of Las Vegas. Es un espacio pequeño y escondido junto a su popular local Jaleo, lo que añade un toque de misterio a la experiencia. A pesar de su entorno lujoso, el chef asturiano ha demostrado una vez más que la alta cocina también puede ser cercana, fácil de replicar y muy sabrosa.

La receta que arrasa en redes sociales

El propio chef compartió la receta a través de sus redes sociales, específicamente en Instagram, donde presentó lo que él denomina su wonder sandwich. El nombre hace referencia al pan Wonder Bread, una marca clásica de pan de molde estadounidense que sirve como base para esta propuesta. El sándwich se elabora con tan solo cinco elementos: pan de molde tipo brioche, foie gras, fresas, trufa negra y una pizca de sal.

Cómo hacer el sándwich de José Andrés en casa

La buena noticia es que no necesitas cruzar el océano para disfrutar de este sándwich. Prepararlo en casa es tan fácil como tener a mano los ingredientes adecuados:

Un sándwich de estrella Michelin

Lo interesante de esta receta no es solo su sencillez, sino cómo une en pocos pasos la filosofía de José Andrés: cocina de calidad, sin pretensiones, pero con una base de ingredientes excepcionales. El chef ha demostrado con este wonder sandwich que se puede hacer alta cocina sin necesidad de técnicas complicadas ni largas listas de ingredientes.

Además, el hecho de que uno de los protagonistas sea el foie gras lo convierte en una opción ideal para sorprender a tus invitados en una cena especial o un brunch de fin de semana. ¿Te animas a probarlo?

Si te gusta tanto como a mi la suculenta combinación de galleta y tofe, no te puedes perder estas “galletas de tofe y chocolate” vienen bañadas con dos dulces capas y os aseguro que son irresistibles, otra versión que conjuga las galletas y el tofe a las mil maravillas es la que uso para preparar estas “barritas de chocolate, galleta y tofe” un snack dulce, con un toque divertido que no te va a dejar indiferente. Y si buscas postre para una cena elegante no dejes pasar la oportunidad de preparar estos “vasitos de crumble de galleta con nata y tofe” tus invitados te lo agradecerán, quedan de maravilla.

Suscríbete a Cocina Fácil y disfruta de todas las ventajas que tenemos para ti. Crearás tu libro de cocina, accederás a contenido exclusivo y mucho más. ¡Por solo 1!

Recuerdo que la primera vez que los preparé, fue por pura casualidad. Tenía galletas en la despensa, un poco de chocolate y un montón de invitados en casa. Decidí improvisar y, sin querer, di con una receta que se convirtió en una de mis favoritas. Desde entonces, cada vez que los hago, desaparecen en cuestión de minutos.

Estos bocaditos son perfectos para cualquier ocasión, desde una merienda con amigos, a un capricho de media tarde pasando, incluso, por ser el colofón final de una comida especial. Su combinación de texturas y sabores los hace irresistibles, y lo mejor de todo es que no necesitas horno ni técnicas complicadas para prepararlos. ¡Este postre es un espectáculo!

Anímate a prepararlos te aseguro que son facilísimos de hacer, y quedan tan bonitos que parecen sacados de las vitrinas de una pastelería de primer nivel. Y en cuanto a su sabor, no hay nada más que añadir, son simplemente deliciosos.