En el siglo XIX existió una reina que siempre estaba triste . Era María Teresa de Austria, esposa del rey Fernando II de Borbón, rey de las Dos Sicilias, y parece que nunca había sonreído. Hasta que, en un viaje a Nápoles, probó esta tarta y una sonrisa se dibujó en su rostro. Era una crostata y la habían elaborado unas monjas en el Convento de San Gregorio Armeno: su sabor consiguió alegrar el semblante de la reina. Yo descubrí esta tarta por casualidad en un restaurante y enseguida busqué la receta. ¡Estaba espectacular! Es un clásico de la repostería italiana, con una base de masa quebrada y un relleno jugoso de mermelada de cerezas, que se ha convertido en un básico de mi recetario, junto con el tiramisú de cerezas , el granizado de cerezas con helado de plátano y, por supuesto, el clafoutis clásico . La crostata es un postre sencillo, pero a la vez delicioso . La combinación de la masa crujiente, la mermelada de cerezas y el toque de vainilla hacen de esta tarta una opción irresistible. Sigue leyendo para descubrir cómo preparar esta receta fácil para que puedas disfrutarla en casa. ¡Te aseguro que será todo un éxito! Dicen que, en Italia, este es el primer postre que los niños aprenden a preparar junto a sus abuelas, las nonnas italianas. Con sus pequeñas manos cortan las tiras de masa del enrejado que cubre la crostata, llamado reticolo . La crostata es una receta perfecta para compartir en familia o con amigos. En Italia es un desayuno muy habitual en todas las casas, y puedes adaptar el relleno según las frutas de temporada , pero con las cerezas, se lleva todo el protagonismo. A la hora de disfrutarla, la mezcla de la masa crujiente y el relleno de cereza es simplemente irresistible. Si te gustan los postres caseros y fáciles de preparar , esta tarta es la opción perfecta. Además, es un plato que se puede preparar con antelación , lo que te permitirá disfrutar de la compañía sin tener que pasar demasiado tiempo en la cocina.