Hay platos que no necesitan presentación porque ya forman parte de nuestro recetario mental desde hace años. ¿Quién no ha pedido alguna vez en un restaurante esa típica ensalada de verano con queso de cabra gratinado, nueces y tomatitos cherry ? Es un clásico moderno, una combinación que gusta a todo el mundo y que, además, luce mucho en la mesa. Por eso, cuando no sabes qué preparar de primero o necesitas algo resultón para una cena ligera , esta ensalada con tostas de queso y tomatitos es tu comodín. Yo suelo prepararla cuando vienen amigos a casa y no tengo ganas de complicarme. Una bolsa de brotes variados, un rulo de queso, unos tomates bonitos y pan del día anterior… Y en menos de 20 minutos tengo algo que parece sacado de un bistró parisino . La clave, eso sí, está en la vinagreta: mostaza, buen aceite de oliva y el equilibrio justo entre ácido y cremoso. Lo emulsiona todo y convierte una ensalada sencilla en algo más. Además, es una receta que admite cambios según lo que tengas en la nevera . A veces le pongo higos, otras aguacate, y si no tengo nueces, pues unas almendras o pistachos. Pero la base, que son esas tostas con queso fundido, siempre permanece. Porque nada supera el momento en el que el pan crujiente y el queso calentito se mezclan con la ensalada fresca. Eso, amigos, es felicidad. Esta receta tiene todo lo que nos gusta: es rápida, fácil, no ensucia apenas y queda bien hasta en una comida de domingo . Además, resulta ligera, equilibrada y muy mediterránea. Si estás cuidándote, puedes controlar el pan o usar queso light, pero ya te aviso que la versión original es irresistible. ¿Te apetece darle un toque más de fiesta? Añade frutas como granada, manzana en láminas o incluso unas uvas. Si tienes tiempo, tuesta las nueces en una sartén un par de minutos antes de añadirlas, el sabor se multiplica. Y si quieres una versión más contundente, acompaña con unas lonchitas de jamón serrano o pechuga de pollo a la plancha. También es un buen recurso para aprovechar pan del día anterior . A veces nos olvidamos de que una simple rebanada gratinada puede transformar por completo un plato. Aquí no se tira nada: pan duro, un poquito de queso y media bolsa de ensalada… y de pronto tienes un entrante de revista. Si aún no has hecho en casa esta ensalada con tostas de queso y tomatitos, pruébala hoy mismo, te estás perdiendo una receta tan sencilla como deliciosa. Perfecta para cualquier época del año, combina el frescor de la ensalada con el contraste cálido del queso gratinado, y se prepara en menos de 20 minutos . Una opción ideal para cuidarse sin renunciar al sabor.