Casi 30º en mi cocina. Este calor no da tregua y a mí cada día me cuesta más encender la placa (del horno ya ni hablamos...). El tema es que hoy me apetecía comer pasta, pero solo pensar en poner agua a hervir se me hacía un mundo. Entonces me he acordado de él.
El cuscús que tengo en la despensa. Al final, es trigo también, y no hay que cocerlo, solo hidratarlo con agua o caldo caliente. En 10 minutos lo he tenido listo para un plato único perfecto para el verano. Le he añadido lo mismo que le hubiera puesto a una ensalada de pasta: tomates cherry, aceitunas, atún, maíz... un buen aliño y listo. ¡Ya tengo la comida de hoy!
Además, el cuscús y el viernes tienen una historia en común (igual que la paella y el jueves...). Cuentan que, en el norte de África, de donde es originario el cuscús, existe una tradición sagrada con este alimento. Después de la oración del Yumu'ah (viernes), las familias se reúnen a comer cuscús, y este ritual es símbolo de protección para la casa y la familia.
Otra tradición del Magreb asegura que el cuscús es el alimento de la paz. Si dos familias enfrentadas quieren reconciliarse, cocinan un gran cuscús en común. Cada familia aporta algo para elaborar la receta (la carne, las verduras, el cuscús...) y el acto de compartir esta comida restaura la armonía entre las personas.
Protección, paz, armonía y mucho sabor. ¿Qué más se le puede pedir a un alimento? Pues recetas fáciles y rápidas para preparar con él, ¡no te las pierdas!
Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.
El viernes que viene, más.
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