Parece una tortilla de patatas, pero es una receta proteica más saludable que puedes hacer en 10 minutos

Tenemos la tortilla de patatas perfecta. Solo que… no lleva patatas. Pero nadie lo diría: por su sabor y textura, te costará creer que está hecha con otro ingrediente.

Tortilla de nabos
Istock
2 personas
10 min

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Tipo Plato:

Plato único

Precio:

€ €

Dificultad:

baja

Cuando termina el día, lo último que apetece es pasar horas en la cocina. Por eso, una cena proteica es siempre una gran opción: rápida, fácil de preparar y, además, saciante. Este tipo de cenas ayudan a evitar los antojos nocturnos o despertarte con hambre a media noche. Y sí, una buena tortilla puede ser el ejemplo perfecto.

¿Tortilla de patatas sin patatas? Suena raro, lo sabemos. Pero cuando pruebes esta versión ligera y proteica con nabos (o chayotes) que te presentamos aquí, no vas a echarlas de menos. El sabor, la textura y ese toque dorado por fuera recuerdan muchísimo a la tortilla de toda la vida… con una diferencia importante: es mucho más ligera, digestiva y saludable.

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Es la receta ideal si buscas una cena rápida, rica en proteína y baja en hidratos, o si simplemente te apetece innovar sin renunciar al sabor de siempre. Solo necesitas 10 minutos, unos pocos ingredientes y una sartén. Perfecta para esos días en los que no tienes ganas de complicarte, pero sí de comer bien.

¿Te gusta más jugosa o más cuajada? Puedes ajustar el tiempo de cocción a tu gusto. ¿No tienes nabos? Sustitúyelos por chayotes, que funcionan igual de bien. Y lo mejor: es apta para casi cualquier tipo de dieta y perfecta para llevar en tupper al trabajo o disfrutar con una ensalada fresca en casa.

¿Te animas a probarla? Aquí tienes los ingredientes y el paso a paso para que te quede perfecta a la primera.

Ingredientes paraParece una tortilla de patatas, pero es una receta proteica más saludable que puedes hacer en 10 minutos

  • 4 nabos medianos o chayotes
  • 2 huevos
  • 2 claras
  • ½ cebolla pequeña
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • Ajo en polvo al gusto
  • Sal y pimienta

1. Cocina los nabos al vapor

Pela los nabos (o chayotes) y cocínalos al vapor durante unos 5 minutos, o hasta que estén tiernos pero no deshechos. Déjalos enfriar un poco y luego córtalos en rodajas finas o en tiras, según prefieras.

2. Prepara la cebolla

Mientras tanto, corta la cebolla en juliana muy fina. Calienta una sartén pequeña antiadherente (o de hierro si la tienes) con una cucharada de aceite y sofríe la cebolla a fuego medio hasta que esté blanda y ligeramente dorada. Vigila que no se queme.

3. Bate los huevos y mezcla

En un bol, bate los dos huevos junto con las dos claras. Añade sal, pimienta y ajo en polvo al gusto. Incorpora los nabos cocidos y la cebolla pochada. Mezcla bien para que todos los ingredientes se integren.

4. Cocina la tortilla

Vierte la mezcla en la misma sartén en la que has cocinado la cebolla. Cocina a fuego medio durante unos 5 a 7 minutos, hasta que notes que se ha cuajado por abajo. Con ayuda de un plato grande, da la vuelta a la tortilla y vuelve a colocarla en la sartén. Cocina 2-3 minutos más por el otro lado, hasta que quede bien cuajada o al punto que te guste.

5. Sirve y disfruta

Saca del fuego, deja reposar un par de minutos y sírvela tal cual o acompañada de una ensalada, unos tomates cherry o un poco de hummus.

¡Trucos para que te quede de 10!

Aunque esta receta es muy sencilla, hay algunos detalles que marcan la diferencia y hacen que la tortilla quede más sabrosa, con mejor textura y aún más parecida a la clásica. Toma nota de estos trucos para bordarla a la primera.

  • Cuanto más finos cortes los nabos, mejor se integrarán en la mezcla y más se parecerá a la tortilla tradicional.
  • No te saltes el paso de pochar bien la cebolla, es lo que le da el sabor más parecido a la original.
  • Usa una sartén pequeña y antiadherente, para que te quede más alta y jugosa, y se desmolde sin problema.
  • ¿Dieta más proteica? Sustituye un huevo entero por otra clara adicional.
  • ¿No quieres complicarte al girarla? Usa el truco del plato: colócalo encima de la sartén, gira con cuidado y vuelve a deslizarla para que se cocine por el otro lado.
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