Lo mejor de este plato es cómo el queso Roquefort, con su sabor fuerte y característico, se equilibra perfectamente con la suavidad del solomillo. El equilibrio perfecto entre cremosidad y sabor. La salsa envuelve la carne, creando una combinación que es tan cremosa como irresistible. ¡Te aseguro que no quedará nada en el plato!
Hay variantes sencillitas para amoldar esta receta a tus gustos. Si el Roquefort te parece un poco fuerte o no es del gusto de todos en casa, no te preocupes. Puedes optar por usar un queso azul más suave, como el gorgonzola, conseguirás una salsa más ligera pero igualmente sabrosa. Si quieres optar por una versión más ajustada al bolsillo puedes sustituir completamente el queso azul por una crema ligera a base de queso crema, pimienta y leche, te aseguro que puede ser una buena opción sin perder esa textura cremosa.
Estamos ante una receta versátil y elegante. Este solomillo de cerdo con salsa Roquefort es un plato principal digno de cualquier banquete, pero también puede servirse en porciones más pequeñas acompañado de guarniciones de patata y ensalada o para acompañar cualquier tipo de pasta, seca o fresca. ¡Las posibilidades son infinitas!
Si estás pensando en esta receta para una comida o cena navideña, una buena referencia es calcular unos 200 g de solomillo por persona. Acompañado de una ensalada de hojas verdes o unas verduras asadas, tendrás un plato completo, saciante y delicioso. Y si quieres preparar una mesa de aperitivos más sofisticada, o una sencilla cena de picoteo, puedes servir los medallones de solomillo cortados en cuartos, con la salsa aparte para que cada comensal se sirva a su gusto y el bocado sea completo y delicioso.
Preparar este solomillo de cerdo con salsa roquefort una de las formas más fáciles que conozco para preparar un plato que podría encuadrarse dentro de la categoría gourmet con un presupuesto reducido y encima sin complicaciones. El contraste de sabores, la suavidad de la carne y la textura cremosa de la salsa lo hacen irresistible. Es una receta con la que conseguirás que cualquier comida se convierta en un evento especial, y, por supuesto, no te llevará mucho tiempo.