Me apasiona la gente que tiene la capacidad de inventarse una receta "casi" de la nada. Hace poco coincidí con el pastelero Sergi Vela en una comida con amigos. "Voy a hacer un aperitivo que os va a encantar, vais a flipar", dijo. "Es que una noche, estando en casa, me entraron ganas de comer hidratos de carbono. No tenía pan y no me apetecía salir a comprar. Pero recordé que tenía en la nevera un paquete de masa filo, pensé cómo podía utilizarla de manera fácil y rápida y me inventé este snack crujiente, está espectacular".
Después de estar todo el día en el obrador, Sergi no tenía ganas de ponerse a cocinar, ni de encender el horno... "Así que cogí una sartén, unas gotas de aceite, un poco de roquefort, unas especias..." Y la verdad es que hizo magia, porque te aseguro que estas chips crujientes me dejaron alucinada: están buenísimas, se hacen en un plis y las puedes tunear con lo que más te guste: quesos, especias, hierbas aromáticas...
Otra de las cosas que me sorprendieron de este snack es la manera de trabajar la masa filo. Siempre había visto utilizarla apilándola en capas previamente untadas con mantequilla fundida o aceite. Pero en estas chips se emplean las hojas sueltas, cortadas a cuadrados, y sin engrasar. ¡Así que encima son ligeras! Es que lo tienen todo…
La masa filo (o phyllo, o yufka) es originaria del Imperio Otomano. Phyllo significa hoja en griego, y es que esa es su principal característica, es una masa extremadamente fina. Cuenta una leyenda que los chefs del Palacio Topkapi de Estambul se esmeraban a diario para sorprender al sultán con recetas nuevas.
Un día, uno de esos cocineros decidió crear un postre que fuera ligero como el aire y delicado como un pétalo de rosa. Trabajó días y días estirando una y otra vez una masa (hecha a base de harina, agua, un poco de aceite y unas gotas de raki, un licor típico de Turquía), hasta lograr láminas tan delgadas que se podía leer a través de ellas. Había creado la masa filo y uno de los postres turcos más famosos del mundo, el baklava, gracias al cual el sultán decidió ascenderlo a pastelero real.
A partir de entonces, la calidad de un cocinero real se midió por su capacidad de estirar la masa filo. Y, seguramente, por la de crear nuevas recetas con ella, como el börek.
Espero que te animes a preparar las chips de masa filo. Por si lo haces, te paso más recetas con masa filo para que aproveches el paquete: no te pierdas el pastel de berenjenas, los rollitos de queso y espinacas, los pastelitos de cordero, los palitos rellenos de queso de cabra y miel... ¿Quieres recetas dulces? ¡Pues claro! Te propongo los saquitos de manzana y nueces, el milhojas de chocolate y manzana, el pastel de limón y frutos del bosque o los bocaditos de chocolate y plátano.
Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.
El viernes que viene, más.
Buenas compras
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