Uno de los ingredientes que siempre deberíamos tener en nuestras despensas son los pimientos del piquillo en conserva. Con un sabor dulce, ligeramente picante, y una carne suave y tierna, se pueden cocinar de mil maneras, ya que son muy versátiles y combinan con todo. Solo hay que abrir el bote, escurrirlos y usarlos.
Los podemos servir con atún sobre unas tostaditas de pan, rellenarlos con multitud de alimentos, utilizarlos para enriquecer las ensaladas o las ensaladillas, para elaborar salsas… En fin, son uno de los mejores aliados que tenemos en la cocina.
1. Hummus de pimientos del piquillo
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Tradicional de Oriente Medio, el hummus es un plato que cada vez tiene más adeptos en nuestro país. ¿Los motivos de su éxito? Además de estar riquísimo, es muy económico y supersencillo de hacer. En esta ocasión, te ofrecemos una versión que te va a encantar: un hummus de pimientos del piquillo.
Receta sin complicaciones, para tener tu plato listo en muy poco tiempo, te recomendamos usar unos garbanzos cocidos previamente o de bote. Así, solo tendrás que poner los ingredientes en el vaso de la batidora y triturar hasta que quede una pasta fina y homogénea.
2. Piquillos rellenos de verduritas y gambas con salsa rosa
Cocina Fácil
Si a la hora de preparar unos pimientos del piquillo rellenos siempre piensas en la brandada de bacalao, aquí tienes una idea estupenda con la que, además de salir de la rutina, conseguirás deleitar a los tuyos: unos pimientos del piquillo rellenos de verduritas y gambas.
Llevan un sofrito a base de zanahorias, calabacín, cebolla, ajo y unos trocitos de gambitas para que esté todavía más sabroso. A la hora de rellenarlos, para que no se rompan, lo mejor es usar una cucharilla.
3. Salmorejo de piquillos y fresas con huevos de codorniz
Cuando suben las temperaturas, ¿a quién no le apetece tomar un salmorejo bien fresquito? Muy sencillo de hacer, sabroso, nutritivo y lleno de vitaminas, es de esos platos, con sabor a tradición, que sientan de maravilla.
Hoy te invitamos a saborear una variante de este clásico de la gastronomía cordobesa: un salmorejo de piquillos y fresas. Con un intenso color rojo, tiene un sabor y una textura que te sorprenderá.