Si miras la foto seguro que piensas que son croquetas o tal vez buñuelos... Y si los pruebas sin saber qué son, seguro que pasas un rato pensando en cuáles son los ingredientes que lleva... Y es que los huevos tontos son un bocado realmente sorprendente. Crujientes por fuera y supertiernos por dentro, son de esas recetas que, a la que llegan a la mesa, conquistan a todo el mundo. Y si tienes niños en casa, estoy convencida de que los van a devorar. No dejarán ni las migas. Te lo aseguro. Pertenecientes al rico y variado recetario tradicional aragonés , los huevos tontos, también llamados "engañamaridos", son de esas recetas de aprovechamiento , que preparaban las abuelas (grandes expertas en el arte de aprovechar las sobras) y que ha ido pasando de generación en generación hasta llegar a nuestros días. Deliciosos y resultones, para realizarlos no necesitarás usar ingredientes complicados. Simplemente, pan del día anterior , que es el protagonista principal de la receta, leche, huevos, ajo y perejil . Nada más. Con esos ingredientes, se prepara una masa de pan suave y consistente. Luego, con la ayuda de dos cucharas o con las manos se les da forma de croquetas y, finalmente se fríen en abundante aceite de oliva. ¡En 20 minutos ya los podrás degustar! Y si tienes poca experiencia en los fogones, no te preocupes: los huevos tontos son tan fáciles de hacer que no tendrás ningún problema. Te saldrán perfectos. Un plato comodín Gracias a su sencillez y rápida preparación, ya que solo necesitas 20 minutos para tenerlos listos , los huevos tontos te salvarán de cualquier apuro culinario. Por ejemplo, si tus hijos se presentan con amigos a la hora de comer y te pillan con la nevera a las últimas, puedes prepararlos y servirlos como entrante, para abrir boca, o para alargar cualquier sopa o guiso. ¿Cuál es el origen de huevos tontos? Llamados "tontos" por su fácil elaboración, estos huevos fueron creados en tiempos muy duros, en los que escaseaba la comida y en los que, para poder alimentar a la familia, las abuelas tenían que poner todo su ingenio. Los huevos tontos son, por tanto, una muestra de cómo se puede transformar un ingrediente duro y reseco en una auténtica delicia. Ideas y variantes para los huevos tontos Aunque los huevos tontos quedan muy sabrosos, si quieres, puedes enriquecerlos todavía más. Agrega, por ejemplo, taquitos de jamón serrano, de York, de beicon o de chorizo. También puedes optar por atún desmigado (bien escurrido), trocitos de pollo, queso fundente (mozzarella, gouda o brie), pimientos del piquillo… Nosotros hemos usado todo el pan (corteza y miga incluida), pero si quieres que la textura sea más suave, utiliza solo la miga . Puedes decantarte por cualquier variedad que te guste, incluso pan de molde. Para una versión más ligera, aplasta las porciones de masa hasta que tengan forma de minihamburguesas y cocínalas, por ambos lados, en una plancha con unas gotas de aceite, hasta que estén doraditas. Otras recetas exquisitas con pan duro Ensalada panzanella con melocotón . Si tienes pan seco y quieres aprovecharlo, fíjate en esta ensalada campesina de origen italiano. Los tropezones de pan le aportan un toque crujiente delicioso. Sopa castellana . Reconfortante y sabrosa, esta sopa tan popular en nuestro país es ideal para tomar cuando bajan las temperaturas. Además, es rapidísima de hacer. Solo necesitas 15 minutos. Tortilla dulce de pan . Con un poco de pan de ayer, leche, vainilla, huevo y azúcar, puedes preparar, sin complicaciones, un postre de aprovechamiento que causará sensación en tu mesa. Queda buenísimo.