Lava el limón y pélalo. Dispón la leche en un cazo, con la canela y la cáscara de limón, y lleva a ebullición. Retira del fuego y espera a que se temple un poco. Bate las yemas con 100 g de azúcar y la maicena, con varillas, hasta que estén blanquecinas y cremosas. Agrega la leche colada y remueve. Colócala de nuevo en el cazo y cuece a fuego suave, sin dejar de remover, hasta que espese. Vierte la preparación obtenida en unos moldes individuales, espera a que se enfríe completamente y deja reposar en la nevera. Para hacer las piruletas, primero, atempera el chocolate: derrite dos tercios al baño maría, incorpora el resto, picado o rallado, y mezcla. Pasa el chocolate a un cuenco y remueve despacio hasta que su temperatura sea de 28º; estará listo cuando al probarlo con los labios no notes frío ni calor. Coloca cuatro palitos de madera sobre papel sulfurizado, separados entre sí, y monta las piruletas formando círculos de chocolate sobre uno de los extremos. Decóralos con los frutos secos y los arándanos ligeramente picados, y deja 5 minutos en el congelador. Retira los moldes de la nevera, espolvorea la crema con el resto del azúcar y quémala con la plancha especial. Sirve con las piruletas. Más recetas de crema catalana que te encantarán: