Deshidrata la fruta el día anterior. Pela la piña y elimina los ojos que queden en la pulpa, sin retirar el tronco central. Luego, y córtala en rodajas muy finas. Colócalas sobre un molde para cupcakes puesto boca abajo, para que adquieran la forma de tartaleta. Cúbrelas con papel sulfurizado y hornéalas a 70 grados, con calor arriba y abajo y ventilador, unas 20 h, hasta que tengan el punto que necesitas. Retíralas del molde y guárdalas en un recipiente hermético. Lava el limón y pélalo; retira solo la parte amarilla. Disuelve la maicena y 100 g de azúcar en un poco de leche. Lleva el resto a ebullición, con la canela y la piel de limón, retírala del fuego y cuélala. Mézclala con la preparación de maicena y cuece, a fuego medio y removiendo, hasta que espese. Aparta la crema del fuego, dale unas vueltas con la cuchara, para que se airee, y agrega las yemas; remueve enérgicamente para que no se cuajen. Incorpora la mantequilla troceada, mezcla bien y deja templar. Rellena las tartaletas de piña con la crema anterior, a cucharadas. Espolvorea por encima el resto del azúcar y quémalo utilizando un soplete de cocina. Decora el postre con los alquequenjes y las hierbas aromáticas, ambos lavados y secos, y sirve en seguida.