La salsa verde es todo un clásico de la gastronomía española, especialmente en la zona del norte de nuestro país, que vale la pena conocer. Basada en ingredientes que todos tenemos en nuestras cocinas, como los ajos, el perejil, la harina y el aceite , esta salsa es ideal para cocinar almejas u otros mariscos, preparar guisos de pescados blancos (mero, merluza, rape…) con patatas o como aliño de unas hortalizas al vapor. Hoy En Cocina Fácil te traemos una versión tan rica y sencilla de hacer de la clásica salsa verde que, a la que la pruebes, seguro que vas a incorporar a tu recetario personal. Y así podrás utilizarla para enriquecer muchos platos, ya sean de tus comidas de diario como de las del fin de semana o de celebraciones especiales. Porque esta salsa verde es perfecta, por ejemplo, para servir con un pescado de Navidad, como una lubina, un rodaballo o un besugo. No olvides que la receta más tradicional con esta salsa es la merluza en salsa verde , que en nuestra receta más festiva cocinamos con almejas. Otras recetas deliciosas que también contienen esta salsa son las navajas en salsa verde con un toque picante , perfectas para servir como aperitivo, o las patatas en salsa verde con huevo duro , una receta de la abuela que está para chuparse los dedos. Consejos para que tu salsa verde quede perfecta La elaboración de la salsa verde no ofrece ninguna dificultad. Pero, para que quede perfecta, es importante tener en cuenta algunos consejos básicos. Por un lado, es fundamental no dorar el ajo en exceso porque, si se quema, aportará un sabor amargo muy poco agradable a la salsa. Así que, enseguida que veas que el ajo empieza a coger un ligero color dorado, añade la harina. Respecto al vino blanco, elige uno que sea de calidad. De esta manera, el resultado será de auténtico lujo. En el momento de verterlo, asegúrate que la harina haya cogido color . Si lo agregas con la harina sin cocer del todo, la salsa tendrá sabor a harina cruda. El perejil es el gran protagonista de la salsa verde. Antes de cortarlo, retira los tallos y pica solo las hojas . Puedes picarlas muy finitas, para que casi no se vean, o algo más gruesas para que sean más visibles. Por otro lado, ten presente que el perejil debe agregarse siempre al final de la elaboración. Luego, solo tendrás que remover un poco, cocinar unos minutos y… listos. Y por último, si tu salsa queda muy espesa, no te preocupes: vierte un poquito de agua o de caldo (si te has decantado por esta opción). Variantes para la salsa verde Al preparar el sofrito de la salsa verde también puedes incluir una cebolla bien picadita, o un poco de puerro también picado. Es importante que queden bien pochaditos. Así le aportarán todavía más sabor. Por otro lado, si quieres añadir el sabor de uno de estos dos ingredientes, pero no deseas encontrar trocitos de cebolla o puerro en la salsa, puedes triturarlos en lugar de picarlos. Utiliza una trituradora o un procesador de alimentos para que queden lo más finos posible. Para que la salsa todavía quede más sabrosa, en lugar de agua, agrega caldo de pescado. Este consejo es especialmente recomendable, si vas a utilizar la salsa verde para acompañar un pescado o un marisco. Lo ideal es utilizar un caldo de pescado hecho por ti, pero, si no tienes tiempo, usa uno envasado (sobre todo de alta calidad). Si vas a utilizar tu salsa verde para enriquecer patatas, arroz u otras guarniciones y no crees que sea adecuado darle un toque marinero, puedes utilizar un caldo de verduras o uno de pollo o de ave . Si quieres darle un toque picante, incorpora unas rodajitas de guindilla cuando falten pocos minutos para terminar la cocción. Ya sabes que lo que más pica de la guindilla son las semillas interiores, así que si quieres un picor sutil, no la cortes. Al añadirla entera, dará un toque picante pero sin pasarse. Además, luego, la podrás encontrar fácilmente y retirar sin problemas. La pimienta negra también puede darle un poco de potencia a la salsa verde, es una alternativa ligera a la guindilla. Otras salsas populares que vale la pena conocer Salsa boloñesa . Es la salsa ideal para acompañar unos espaguetis o cualquier otra pasta, pero también se utiliza para preparar la lasaña de carne o como relleno de distintas elaboraciones. Salsa holandesa . Cremosa y con un sabor delicioso, esta salsa es una de las más populares, y básicas, de la gastronomía francesa. Es perfecta para pescados y mariscos, verduras a la plancha, ensaladas y huevos. Salsa barbacoa . A la que pruebes esta salsa ya no volverás a comprar las envasadas. Y es que, además de tener un sabor exquisito, es facilísima de realizar. Úsala para acompañar carnes a la barbacoa, para parrilladas de verduras, pollo asado…. Salsa pesto . De origen genovés, esta salsa es sumamente versátil. Suele utilizarse para dar un toque fresco y muy aromático a los platos de pasta, pero también la puedes usar para aliñar ensaladas o verduras. Aunque la receta clásica lleva albahaca y piñones, hoy en día se pueden encontrar muchas variantes.