Para conseguir un resultado perfecto, procura que los huevos estén siempre a temperatura ambiente. Así, al batirlos con el azúcar conseguirás que la mezcla quede más aireada y cremosa. Y, si puedes, utiliza unas varillas eléctricas. El resultado será aún mejor. Respecto a la harina y la levadura , acuérdate de pasarlas antes por un colador para tamizarlas. De esta manera, no se formarán grumos al unirlas con los otros ingredientes.