Aunque el pato a la naranja es un clásico, también puedes adaptarlo si buscas una versión más asequible, o porque no, darle un toque moderno y rompedor. Si no encuentras pato fresco o se te sale del presupuesto, puedes optar por hacerlo con pollo, yo lo preparo muchas veces y en mi casa les encanta.
El resultado será más ligero, pero igualmente delicioso. Si lo que buscas es una opción más rompedora, prueba a añadir a tu asado un toque de jengibre o incluso un poco de chile a la salsa de naranja para darle un toque picante que aportará mordiente a todo el conjunto. Este pequeño ajuste le dará un aire más exótico y moderno, perfecto si buscas impresionar a tus invitados con algo diferente.
La presentación de este plato también es clave. Para ocasiones especiales, te recomiendo decorar el plato con rodajas de naranja y acompañarlo con unas patatas asadas o una guarnición de verduras al vapor. Si buscas una opción más ligera, una ensalada de hojas verdes o de botes germinados te vendrá como anillo al dedo para equilibrar el plato.
Si estás pensando en agasajar a tus invitados con este plato en una ocasión festiva, como la Navidad, te recomiendo presentarlo en una fuente bonita, decorada con frutos secos y también tomillo fresco, para darle ese toque final elegante.
Si estás buscando una receta que te permita destacar en una ocasión especial, el pato a la naranja es una muy buena opción. No solo es un plato que habla de lujo y sofisticación, sino que además impresiona en cuanto lo sirves en la mesa. Su sabor único y la combinación de texturas hará de este plato el preferido de tus invitados. Invertir tu tiempo en preparar este plato es un acierto seguro, ya sea para una comida familiar, para una celebración de Navidad, o simplemente para darte un capricho en casa, el resultado no va a dejar a nadie indiferente.