Las pastas de avena más fáciles y ricas que vas a probar

Crujientes, caseras y con un toque de sésamo que las hace irresistibles

Óscar Sanz
Óscar Sanz
Cocinero

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PASTAS DE SÉSAMO Y COPOS DE AVENA.
Cocina Fácil / RBA / JORDI GARCÍA
6 personas
35 min
190 Cal

5

(4 votos)

Temporada:

Todo el año

Técnica:

Horno

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Me encanta el olor a galletas recién horneadas, uno de esos pequeños placeres que tiene la vida. Preparar tus propias galletas caseras siempre merece la pena. Estas pastas de avena y sésamo son tan fáciles de hacer que cuesta no repetir la receta cada semana. Un bol, una cuchara de madera y poco más, y en menos de una hora tienes la masa lista para hornear.

A mí me gusta prepararlas cuando tengo antojo de algo dulce pero no demasiado cargado. No llevan harinas refinadas en exceso, y la avena aporta ese punto saciante que hace que con una o dos te des por satisfecho. Son perfectas para llevar al trabajo, para acompañar un café a media tarde o incluso como desayuno improvisado cuando no hay tiempo para nada más. Además, aguantan muy bien varios días en un bote hermético, aunque rara vez llegan a la semana.

Te adelanto que esta receta es que admite muchas variaciones. Puedes añadir un puñado de pasas, un poco de ralladura de naranja o unas pepitas de chocolate si te apetece hacerlas un poco más golosas. Pero en su versión básica, solo con avena y sésamo, ya están deliciosas. Te cuento cómo prepararlas paso a paso.

Ingredientes paraLas pastas de avena más fáciles y ricas que vas a probar

  • 150 gramos de Harina
  • 1/2 cucharadita de Levadura En Polvo
  • 100 gramos de Mantequilla
  • 60 gramos de Azúcar Moreno
  • 150 gramos de Copos De Avena
  • 60 gramos de Semillas De Sésamo
  • 1 Yema De Huevo
  • 1 Huevo
  • Sal

1. Haz la masa base

Tamiza la harina junto con la levadura y colócala en un bol grande. Añade la mantequilla ablandada, el azúcar moreno y una pizca de sal. Mezcla con una cuchara o con las manos limpias hasta que la masa tenga una textura arenosa.

2. Incorpora el resto de ingredientes

Agrega los copos de avena, la mayor parte del sésamo (reserva un poco para decorar) y el huevo entero. Mezcla bien hasta obtener una masa homogénea, sin grumos secos de harina. Forma una bola, envuélvela en film y deja reposar en la nevera durante 1 hora. Este paso ayuda a que las pastas no se deformen en el horno.

3. Forma las pastas y hornea

Precalienta el horno a 160 ºC con calor arriba y abajo. Forra una bandeja con papel sulfurizado. Con las manos, haz bolitas de masa de unos 4 cm de diámetro. Aplástalas ligeramente y colócalas en la bandeja dejando espacio entre ellas.

4. Decora y hornea

Pinta la parte superior con la yema de huevo batida y espolvorea con el sésamo reservado. Hornea durante 10-12 minutos, o hasta que estén doradas por los bordes. Retíralas del horno y deja que enfríen completamente sobre una rejilla.

El truco

Para que se conserven crujientes, déjalas enfriar totalmente antes de guardarlas en un recipiente hermético.

Una vez frías, estas pastas quedan ligeramente crujientes por fuera y tiernas por dentro. La avena y el sésamo crean una textura muy agradable y un sabor natural que recuerda a las recetas de antes. Son perfectas para quienes buscan una alternativa a las galletas industriales, mucho más saludables y sin aditivos raros. Y lo mejor: puedes prepararlas en casa sin ningún misterio. Con estas galletas todo son ventajas.

Te adelanto que esta receta es perfecta para introducir a los niños en la cocina, o simplemente entretenerlos un rato. Les encantará formar las bolitas con las manos y aplastarlas en la bandeja. ¡Anímate a pasar un buen rato en familia! Además, puedes aprovechar para hablar de los ingredientes y sus beneficios: la avena como fuente de fibra, el sésamo por su contenido en calcio… Al final, acaban comiendo mejor si han participado en el proceso.

Anímate a prepararlas en casa. Son fáciles, rápidas, y mucho más sanas que cualquier galleta de supermercado. Si las guardas en una caja metálica o un tarro de cristal bien cerrado, se conservan crujientes durante días. Eso sí, te aviso: vuelan. Así que si vas a compartirlas, haz doble tanda.

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