A veces, las recetas más sencillas son también las más ricas. Es el caso de estas galletas de dos sabores que combinan una base suave y aromática con el toque irresistible del chocolate fundido . Tienen ese aspecto de pastelería que entra por los ojos y ese sabor de galleta casera que conquista desde el primer bocado. Y lo mejor, se preparan sin complicarse la vida y el resultado parece sacado de una caja de bombones. Estas galletas bicolor son perfectas para una tarde de domingo, para preparar con niños o para llevar a casa de alguien como detalle casero. Yo las hice la primera vez un día de lluvia, en plan improvisado, y desde entonces las repito cada invierno. Tienen ese aire de capricho que gusta a todo el mundo y además aguantan varios días perfectas si las guardas en una caja metálica. Lo más divertido es la parte final, cuando se sumergen en el chocolate fundido y quedan con esa media cobertura brillante que les da el toque especial. Son bonitas, están buenísimas y además admiten mil versiones : puedes usar chocolate blanco , añadir ralladura de naranja, espolvorear frutos secos por encima... Vamos, que la receta base da para jugar. Vamos con los ingredientes y el paso a paso. Estas galletas son la prueba de que no hace falta complicarse para hacer algo bonito y delicioso. El contraste entre la parte “normal” y la cubierta de chocolate le da un aire elegante sin esfuerzo , y la textura es perfecta: crujiente por fuera, con ese punto suave por dentro que dejan la mantequilla y las pepitas. Además, puedes prepararlas con antelación y tenerlas listas para cualquier ocasión especial. Quedan genial en una cajita bonita para regalar o como parte de una merienda con café. Si quieres que tengan un punto más navideño, añade una pizca de canela o jengibre a la masa. O hazlas más gourmet usando chocolate negro al 85 % y espolvoreando un poco de sal en escamas. Anímate a probar estas galletas de dos sabores. Fáciles, vistosas y con ese toque irresistible que hace que nadie se quede con una sola. Anímate a personalizarlas, las posibilidades son casi infinitas, seguro que inventas una versión que arranca salvas de aplausos de cuantos las prueben. ¡Tú mandas!