Aunque debido a su falta de motivación por el escaso vínculo que siente con la industria musical de la actualidad, lleva años sin subirse a un escenario, Joan Manuel Serrat es una de las voces más icónicas de España. "Mediterráneo" o "Barquito de papel" son algunos de los éxitos más atemporales del artista que, hasta los que no somos de su generación, hemos tarareado en más de una ocasión. Fiel a lo tradicional, Serrat se muestra un fanático de algunos de los platos típicos más clásicos de nuestra gastronomía.
En una entrevista que concedió a 'Pronto', el artista confesó que no es demasiado comilón, "pero sí me gusta la cocina y siempre he considerado que comer va más allá de la pura necesidad de alimentarse. Soy un hombre sensible ante la alimentación", explicaba. Además, confesó cuáles son sus platos preferidos, "Los huevos fritos con patatas, que fue mi cena a lo largo de 20 años. De hecho, soy experto en huevos fritos y bocatas de mejillones en escabeche", contaba. Una ocasión que aprovechó para confesar que, tal era su buena mano en la cocina, que llegó a montar un restaurante y una bodega con amigos, aunque fracasaron y eso le hizo comprender la dificultad de trabajar en la hostelería.
Los huevos fritos son un auténtico manjar tradicional y si quieres disfrutar de su sabor, pero en alternativas más saludables, anímate a descubrir nuestras recetas de huevos al plato en el microondas o huevos o la mallorquina.
Huevos con patatas fritas
Los huevos fritos son uno de los platos que a todos nos apetecen en más de una ocasión y, aunque se pueden acompañar de infinidad de ingredientes, tomarlos con patatas fritas es un auténtico manjar que, de vez en cuando, nos podemos permitir. Te contamos cómo prepararlos para que queden exquisitos.
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Huevos con patatas fritas
Para 2 personas
Ingredientes
- 4 huevos
- 4 patatas medianas de la variedad Monalisa o Kennebec
- Aceite de oliva
- Aceite de girasol
- Sal
Paso a paso
Prepara las patatas
Pela las patatas, lávalas y córtalas en rodajas de aproximadamente un centímetro de grosor y, después, esas rodajas en tiras de otro centímetro de ancho. Cuando las tengas, déjalas de remojo en agua fría durante unos minutos, para que suelten el almidón y no se peguen en la sartén y, tras escurrirlas, sécalas bien con un paño limpio.
Fríe las patatas
En una sartén, calienta abundante aceite de girasol y, cuando esté caliente, fríe las patatas a fuego medio alto durante unos 8 minutos, si darles demasiadas vueltas para evitar que queden recocidas. Cuando casi estén, súbeles el fuego para que se doren y queden crujientes, pero ten cuidado de que no se quemen. Una vez que estén fritas, ponlas sobre un escurridor o una bandeja con papel absorbente, para que filtre el exceso de grasa, y salpimienta a tu gusto.
Fríe los huevos y emplata
Una vez que tengas las patatas listas, fríe los huevos. Hazlo en abundante aceite de oliva para que la clara quede con puntilla y, antes de freírlos, échale unas gotitas de sal en la yema. Cuando hayas terminado, emplata primero las patatas y corona con los huevos.
Este plato es tan sencillo como recurrente y, hoy en día, es uno de los manjares de moda de las tabernas más castizas de cualquier ciudad. Podemos tomarlos solos, con morcilla de Burgos, con jamón ibérico, con gulas, con gambas al ajillo... o incluso rotos y seguirán siendo un plato con el que triunfaremos en cualquier comida. Anímate con ellos, no te compliques la vida y conviértete en el anfitrión más nostálgico y disfrutón.