Sopa fría de tomate

En la época en que los tomates están sabrosos y de plena temporada, prepáralos en una exquisita sopa fría, triturándolos con cebolleta, ajo y albahaca. Se añade agua, aceite, vinagre, daditos de pan y cebollino.

PASO A PASO PARA HACER SOPA FRÍA DE TOMATE: RESULTADO FINAL.
PASO A PASO PARA HACER SOPA FRÍA DE TOMATE: RESULTADO FINAL.
Cocina Fácil / RBA / ANA GARCÍA
4 personas
20 min

5

(8 votos)

Dieta:

Baja en calorías

Mediterránea

Vegetariana

Temporada:

Verano

Primavera

Técnica:

Sin cocción

Tipo Plato:

Primeros platos y entrantes

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Sin huevo

Cuando llega el calor, ese que nos hace buscar la sombra a cualquier hora, lo último que apetece es encender el fuego. Por eso, esta sopa fría de tomate es una de esas recetas que deberían llevarse la medalla al mérito gastronómico. No solo es fácil, rápida y económica, sino que también es saludable, deliciosa y versátil. Una propuesta cien por cien vegetal, perfecta para un almuerzo ligero o para una cena con amigos al aire libre.

Yo la preparo siempre que tengo tomates buenos en casa, de esos que huelen a tomate de verdad, jamás han estado en un invernadero, y saben como los de antes. En cuanto los pillo en plena temporada, no me resisto, los trituro con un poco de ajo, albahaca, pan y aceite de oliva, y en 20 minutos tengo un plato de restaurante sin haber tocado ni una sartén.

Esta receta, además, es una manera estupenda de aprovechar pan que ha empezado a endurecerse y evitar el desperdicio. Y como se sirve bien fresquita, puedes tenerla preparada con antelación y olvidarte de la cocina hasta la hora de comer.

Ingredientes paraSopa fría de tomate

  • 6 Tomates
  • 1/2 Cebolleta
  • 1/2 Ajo
  • 1 ramita de Albahaca
  • 2 rebanadas de Pan De Molde
  • Cebollino
  • Aceite De Oliva
  • Vinagre
  • Sal

1. Prepara los ingredientes

Lava bien los tomates y sécalos con papel de cocina. Córtalos en trozos grandes. Haz lo mismo con la cebolleta: límpiala, retira la capa exterior y trocéala. Pela el medio diente de ajo. Lava y seca las hojas de albahaca. El pan puedes usarlo con o sin corteza, como prefieras.

1.	Prepara los ingredientes

2. Mezcla y marina

En un bol grande, echa todos los ingredientes: tomates, cebolleta, ajo, albahaca y el pan cortado en daditos. Añade el vaso de agua fría, una pizca generosa de sal, un chorrito de vinagre y un buen chorro de aceite de oliva. Deja reposar la mezcla durante 10-15 minutos para que el pan se empape bien y los sabores se mezclen.

2.	Mezcla y marina

3. Tritura y cuela

Pasa todo por una batidora potente hasta que quede una crema homogénea. Si prefieres una textura más fina, cuélala con un colador o un chino. Prueba y ajusta de sal o vinagre si hace falta.

3.	Tritura y cuela

4. Sirve y disfruta

Guarda en la nevera al menos 1 hora. A la hora de servir, decora con un hilo de aceite de oliva y cebollino picado. También puedes añadir unos picatostes o unas gotas de yogur si buscas una presentación más sofisticada.

El truco

Antes de triturar, pela los tomates escaldándolos unos segundos en agua hirviendo y luego pasándolos a agua con hielo. La piel sale sola y conseguirás una textura mucho más fina y elegante en la sopa, sin necesidad de colarla después. Además, si los dejas reposar ya troceados con la cebolleta, el ajo, el pan y el vinagre durante media hora en la nevera antes de triturar, los sabores se integran mejor y el resultado es mucho más redondo.

Variaciones y trucos

¿No tienes albahaca fresca? Puedes sustituirla por perejil, menta o incluso un toque de orégano seco. Cambiará ligeramente el perfil aromático, pero seguirá siendo una sopa deliciosa.

¿Quieres una versión más cremosa? Añade un trocito de aguacate al triturar o un chorrito de nata vegetal. Y si prefieres un sabor más profundo, un tomate seco en aceite puede ser el toque estrella.

¿Por qué funciona esta receta?

La combinación de tomate, ajo y albahaca es un clásico mediterráneo que nunca falla. El pan ayuda a espesar y da cuerpo sin recurrir a lácteos ni harinas. Además, al tratarse de una receta sin cocción, conserva mejor las vitaminas y antioxidantes del tomate, especialmente el licopeno, un gran aliado del corazón.

Otra ventaja es que se adapta fácilmente: puedes hacerla vegana, sin gluten (si usas pan apto) o convertirla en un gazpacho exprés añadiendo un poco de pepino y pimiento rojo.

Un plato que refresca, sacia y no engorda

Esta sopa fría de tomate es ideal si estás cuidando tu alimentación, si te apetecen sabores limpios o si simplemente no te apetece cocinar demasiado. Aporta fibra, antioxidantes, es ligera y deja una sensación de frescor inigualable.

Una receta para repetir una y otra vez, sobre todo en esos días de calor en los que lo último que quieres es entrar en la cocina. Prepara un bol grande, sírvela en copas bonitas y acompáñala de una focaccia casera o unos crudités, te sentirás como en un chiringuito de verano, pero en tu casa.

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