Aunque preparar una pierna de cordero requiere bastante tiempo de cocción, la verdad es que realizarla es mucho más fácil de lo que parece. Solo requiere tener un poco de paciencia e ir regando la pieza con los jugos que va soltando. Y si quieres que la carne quede todavía más gustosa, antes de empezar a cocinarla, inyéctale un poco de brandy , por varias partes, con una jeringuilla. El resultado será espectacular. ¿Te apetece descubrir otras recetas con cordero? Echa un vistazo a la pierna de cordero al horno con compota , al guiso de cordero al horno con puré de patata, especias y hierbas o al carré de cordero con salsa de vino y verduras . Mientras se precalienta el horno a 180º (10-15 minutos), prepara la carne. Limpia las piernas de cordero retirándoles el exceso de grasa y las telillas. Sécalas con papel de cocina y, con un cuchillo afilado, practica en cada una varias incisiones en la parte más carnosa, cada 3 o 4 cm. Lava el romero, escúrrelo, trocéalo e introduce las agujitas en los cortes de la carne. Después, salpimienta por todas partes. Dispón las piernas de cordero en una fuente refractaria y riégalas con un buen chorro de aceite y la mitad del caldo. Tapa la fuente y hornea la carne unos 40 minutos. Cada 10 o 15 minutos, retira el cordero del horno unos segundos, báñalo con el jugo de la cocción y sigue asándolo, siempre tapado. Lava las patatas, sécalas, pásalas a la placa y salpimiéntalas. Luego, rocíalas con aceite y espolvoréalas con la ramita de romero, lavada y picada. Introduce la placa en el horno y asa las patatas 40 minutos, hasta que estén tiernas. Retira el cordero del horno después de 40 minutos de cocción, vierte el vino por encima y hornea 10 minutos más, esta vez destapado. Pasado ese tiempo, vuélvelo a sacar y báñalo con el caldo restante. Continua asando la carne 15-20 minutos. Los últimos 10 minutos, sube la temperatura del horno hasta 200°, para que la piel quede bien crujiente. Retira las piernas de cordero del horno y déjalas reposar 5 minutos, para que se asienten los jugos, Sírvelas con las patatas asadas, regadas con su salsa y espolvoreadas con la pimienta rosa machacada.