Las judías verdes son una de las verduras más versátiles y saludables que podemos incluir en nuestra dieta. Aportan un toque fresco y crujiente a cualquier plato, y además son superligeras. En la cocina mediterránea, y especialmente en la griega, las judías verdes tienen un protagonismo especial: se combinan con otros ingredientes para crear recetas que no solo son nutritivas, sino también llenas de sabor y tradición. Y hoy te descubrimos una de muy especial: la fasolakia.
Si eres de los que aprecian las judías verdes en ensaladas y guisos, no puedes perderte las judías verdes con aguacate y champiñones, la ensalada de brócoli, judías verdes y aguacate, la ensalada fría de judías verdes y atún en nido o la ensalada de judías blancas, atún, tomate y berros.
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Su historia: Un clásico de la cocina casera griega
Este plato tradicional griego es perfecto para disfrutar las verduras en verano, ya que puede servirse tanto frío como caliente. Su base son las judías verdes, cocinadas lentamente con tomate, ajo, cebolla y hierbas aromáticas como orégano, eneldo y perejil, todo realzado con el fresco toque del zumo de limón. ¡Es lo más parecido a un pisto de judías verdes, pero con un sabor único e irresistible!
La fasolakia es un plato tradicional de Grecia que se ha preparado en los hogares del país durante generaciones. Aunque no cuenta con una historia documentada con fechas exactas, forma parte de la cocina casera que se transmite de padres a hijos.
Su nombre significa literalmente “judías verdes” en griego y refleja la importancia que tienen las verduras frescas y de temporada en la dieta griega. Es una receta sencilla y muy popular, especialmente durante el verano, cuando las judías verdes y los tomates están en su punto óptimo.
La combinación de judías verdes, tomate y hierbas frescas aprovecha al máximo los ingredientes locales y naturales, siguiendo la filosofía mediterránea de comer de forma sana y equilibrada. Por eso, la fasolakia no solo es deliciosa, sino que también simboliza un estilo de vida simple y saludable.
¿Qué hace tan especial a la fasolakia?
Además de su sencillez y su sabor, esta receta conquista por su versatilidad. Puedes servirla como plato principal con un poco de pan o arroz, o como guarnición de carnes o pescados. Si quieres que sea aún más completo, añade un poco de queso feta desmenuzado justo antes de servir. La mezcla de verduras, tomate y feta es puro sabor griego.
Y lo mejor: puedes dejarla hecha con antelación y tomarla bien fría de la nevera, como se suele hacer en verano en Grecia. Al igual que el pisto o la escalivada, mejora con las horas, cuando todos los sabores se han fusionado.
A continuación te contamos cómo prepararla paso a paso para que la disfrutes en casa.