Helado de stracciatella casero: el postre que siempre triunfa

1. Prepara la base del helado.

En un bol, mezcla la leche con el azúcar y la miel hasta que todo esté bien integrado. Mientras tanto, pica el chocolate en trocitos pequeños con un cuchillo afilado o rállalo si prefieres un resultado más fino.

2. Monta la nata

Con unas varillas eléctricas o manuales, monta la nata hasta que tenga una textura semimontada, es decir, firme pero no demasiado densa. Añádela a la mezcla de leche y azúcar, integrándola con movimientos envolventes para que no pierda demasiado aire.

3. Congela con o sin heladera

Con heladera: Vierte la mezcla en la heladera y sigue las instrucciones del fabricante. Añade el chocolate picado cuando empiece a congelarse.

Sin heladera: Vierte la mezcla en un recipiente plano, tápalo y mételo en el congelador durante una hora. Pasado ese tiempo, remueve con un tenedor para romper los cristales de hielo y conseguir una textura más cremosa. Repite el proceso tres veces más, cada 30 minutos, y añade el chocolate picado en la segunda o tercera vuelta.

4. Deja reposar y sirve

Cuando el helado tenga la textura deseada, déjalo reposar en el congelador al menos 2 horas más para que termine de asentarse. Antes de servir, saca el helado unos minutos antes para que sea más fácil de manejar.