Durante los años que Julio González trabajó en la cocina de La Moncloa, tuvo ocasión de preparar algunos de los platos más emblemáticos de la gastronomía española para el expresidente Felipe González y su familia. Entre ellos, destacan recetas como el rabo de toro tradicional, la lubina a la sal, perfecto para los amantes del pescado, o el clásico gazpacho andaluz, imprescindible en los meses de verano.
En su libro "La cocina de La Moncloa", el chef explica : "Felipe González era un gran aficionado a los fogones, no estaba acostumbrado a que le sirvieran, ni a comer de forma exquisita". Y es que cuando la familia del expresidente llegó a La Moncloa, quedó claro que "preferían los guisos tradicionales y las comidas muy sencillas", afirma también Julio González.
De Doña Carmen Romero, la esposa de Felipe, el chef sostiene: "Era una mujer de carácter tranquilo y muy simpática. Nunca pedía nada especial y daba muy poca guerra para comer".
Y, entre todos los platos que se servían, hay una receta que Julio González recuerda con especial cariño: "Entre sus platos favoritos, yo destacaría el marmitako de bonito".
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No es de extrañar que este guiso marinero, de origen vasco, se convirtiera en uno de los platos estrella en las comidas de diario del presidente, sobre todo en los meses de verano, cuando el bonito está en su mejor momento.
Y aunque fue servido muchas veces en la residencia presidencial, no es una receta compleja ni inaccesible: al contrario, el marmitako es sencillo de preparar y perfecto para aquellos que quieren disfrutar de un buen guiso sin complicaciones.
Cocina Fácil / RBA / XAVIER SOLDEVILA
Marmitako de bonito
Para 4 personas
Ingredientes
- 800 gramos de lomos de atún rojo
- 4 patatas
- 2 pimientos verdes
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolleta
- 1 Cucharada de pulpa de pimiento choricero
- 100 mililitros de salsa de tomate
- 1 Hoja de laurel
- 1 Ramita de perejil
- Aceite de oliva
- Sal
Paso a paso
Prepara la base del sofrito
Pica la cebolla, el pimiento verde y el ajo en trozos pequeños. Ponlos a pochar en una cazuela amplia con un buen chorro de aceite de oliva a fuego medio. Remueve de vez en cuando y deja que se cocinen unos 10-15 minutos, hasta que la verdura esté tierna.
Añade el tomate y los pimientos
Ralla el tomate y añádelo al sofrito. Mientras se cocina, hidrata los pimientos choriceros en agua caliente durante unos minutos. Raspa la pulpa con una cuchara y agrégala también a la cazuela. Cocina todo junto 5 minutos más.
Incorpora las patatas y el pimentón
Pela las patatas y córtalas "chascándolas", es decir, empezando a cortar y rompiendo el final del trozo para que suelten almidón y espesen el caldo. Añádelas a la cazuela con el pimentón y mezcla bien durante un par de minutos.
Cubre con caldo y cuece
Vierte el caldo de pescado caliente (o agua, si lo prefieres) hasta cubrir las patatas por completo. Añade sal al gusto y, si quieres, una pizca de guindilla para darle un toque picante. Deja cocer a fuego medio unos 20 minutos, hasta que las patatas estén tiernas.
Añade el bonito y termina de cocinar
Añade los dados de bonito a la cazuela. Cocina todo junto durante 3-5 minutos más, lo justo para que el pescado se haga sin resecarse. Rectifica de sal si es necesario, apaga el fuego y deja reposar el guiso 5 minutos antes de servir.
Aunque el marmitako nació como plato humilde en los barcos de pesca del Cantábrico, hoy es todo un símbolo de la cocina tradicional del norte de España. Su sencillez y sabor lo han convertido en una receta perfecta para cualquier ocasión.
Si te animas a hacerlo en casa, puedes adaptarlo a tu gusto añadiendo un poco de pimiento rojo para darle más color, aromatizarlo con laurel o incluso sustituir el bonito por atún si no lo encuentras en el mercado. Lo importante es respetar la esencia del plato.
Con esta receta, no solo disfrutarás de un guiso sabroso y fácil de hacer, sino que también te acercarás a una parte curiosa de la historia reciente de nuestro país.