Desde Asturias nos llegan los exquisitos casadielles . Ligados al Carnaval y a las fiestas de Navidad, aunque se pueden encontrar en las pastelerías en cualquier época del año, estas empanadillas dulces están tan ricas que conquistarán tu paladar y el de toda tu familia. Ideales para tomar a la hora de la merienda, las casadielles son muy sencillas de realizar. A la hora de freírlas, utiliza un aceite de oliva que sea suave y agrega una ramita de canela o la piel de una naranja . Le aportarán un aroma irresistible. Si te gustan los dulces tradicionales, no te pierdas los tocinillos de cielo caseros , los pestiños con miel y con azúcar o las rosquillas a la canela . Corta la mantequilla en trozos, colócala en un bol y déjala a temperatura ambiente hasta que esté a punto de pomada. Vierte el vino en un cuenco grande y añade 75 ml de aceite y la pizca de sal. Mezcla con las varillas manuales hasta que los ingredientes queden bien integrados y agrega la levadura, la yema de huevo y la mantequilla ablandada. Remueve hasta lograr una preparación homogénea. Añade al cuenco 450 g de harina, poco a poco y sin dejar de mezclar, hasta conseguir una pasta suave que no se pegue a las manos. Si hace falta, agrega un poco más de harina. Enharina la mesa de trabajo y coloca encima la pasta preparada. Amasa esta pasta durante unos minutos con las manos, hasta que esté lisa y elástica, y dale forma de bola. Cubre la mesa con papel vegetal y estira la masa sobre él con el rodillo. Luego, dóblala de modo que forme un pliegue y vuélvela a estirar y plegar 4 veces. Haz de nuevo una bola con la masa y déjala reposar 2 horas. Tritura las nueces ligeramente, sin molerlas; deben quedar trocitos. Luego, colócalas en un cuenco y agrega los 75 g de azúcar, el licor de anís y 30 ml de agua. Mezcla y deja reposar unos minutos. Pasado el tiempo de reposo de la masa, ve cogiendo pequeñas porciones de esta y estíralas con el rodillo para darles forma rectangular. Reparte el relleno en los rectángulos, ciérralos y sella los extremos con un tenedor. Calienta abundante aceite y fríe las casadielles. Luego, escúrrelas un poco y rebózalas con el azúcar. Sirve.