Un bizcocho superesponjoso como base. Un relleno de crema de nata montada y yogur que tiene el punto justo de dulzor y acidez. Y una cobertura de chocolate desecho que parece estar diciéndole a tu dedo "ven y pruébame"... Este bizcocho relleno es un festín para los sentidos y para el paladar. El relleno, como hemos dicho, es una crema de nata montada y yogur . Y tiene truco, porque al incorporar gelatina, hace que la crema no baje y siempre esté esponjosa. Así que podrás rellenar el bizcocho con antelación sin miedo a que el relleno se baje. Lo que sí te recomendamos hacer en el último momento, justo antes de servir el postre, es bañarlo con la salsa de chocolate, porque si no se humedecerá. Esta salsa, llamada ganache en repostería, se consigue mezclando chocolate fondant con nata de postres caliente. 3 maneras de rellenar un bizcocho Con manga pastelera. Es el sistema que hemos utilizado aquí. Basta con poner la crema o relleno dentro de una manga pastelera, elegir la boquilla más adecuada (más o menos gruesa, lisa o estriada...) y disponer el relleno sobre el bizcocho en forma de copetes, en zig-zag, en círculos concéntricos... Con espátula. Si no tienes mucha práctica con la manga pastelera, pon el relleno sobre el bizcocho a cucharadas y luego alísalo con una espátula. No queda tan decorativo pero está igual de bueno. Con manga "casera". Si no tienes manga y no quieres comprarte una (aunque si te gusta la repostería, nuestro consejo es que te la compres, hoy en día las hay muy económicas y son fáciles de encontrar en cualquier tienda de menaje), puedes fabricarte una casera. Coge una bolsa de congelación y córtale uno de los extremos (cuanto más cortes, más grande será el orificio).