¿Te gusta la leche frita ? Pues no dejes pasar la receta que viene a continuación. Se elabora con leche, azúcar, huevos, harina fina de maíz, canela , ralladura de limón… Y, para que quede supergustosa, antes de servir, se espolvorea con azúcar y se carameliza . Un consejo: te recomendamos que hagas más de la cuenta y guardes las porciones en el congelador. Así, luego, solo tendrás que calentarlas en el microondas y… a disfrutar. Otros dulces clásicos que también están deliciosos son el tocino de cielo tradicional , los pestiños con miel y con azúcar y los roscos de vino glaseados . Lava el limón mientras frotas la cáscara con un cepillito. Sécalo con papel absorbente y pélalo, sin retirar la parte blanca. Dispón 65 g de maicena en un cuenco grande, vierte encima 100 ml de leche y remueve, con unas varillas manuales, hasta que se disuelva. Calienta la leche restante, la piel de limón y la rama de canela en una cazuela pequeña. Cuando se caliente un poco, incorpora 75 gramos de azúcar y remueve enérgicamente para que se disuelva y no se quede depositada en el fondo. Sigue calentando la leche de la cazuela hasta que llegue a ebullición. Apártala del fuego cuando rompa a hervir y viértela en el cuenco con la leche con maicena, sin dejar de remover con las varillas para que no se formen grumos. Pasa el contenido del cuenco de nuevo a la cazuelita, pon esta al fuego y cuece, manteniendo un hervor suave y removiendo, hasta que espese. Espolvorea la crema con la canela molida, mézclala y cuélala para retirar la piel de limón y la rama de canela. Vierte la preparación en un recipiente rectangular hondo de 3 cm de altura, de modo que al enfriarse la masa de leche tenga un grosor aproximado de 2 cm. Cuando la masa se temple un poco, pásala a la nevera y déjala reposar al menos 3 horas, para que adquiera consistencia y se endurezca. Transcurrido ese tiempo, vuelca la masa sobre una tabla, córtala en cuadrados iguales y pásalos, primero por maicena y, después, por los huevos batidos. Calienta abundante aceite en una sartén y fríe las porciones de leche, medio minuto, retíralas con una espumadera y déjalas escurrir sobre papel absorbente. Reboza la leche frita con azúcar, quémalo con un soplete de cocina para que quede caramelizado y sirve.