La clásica mousse de limón es un postre delicioso que triunfa en todas sus versione, desde la más sencilla. Esta forma de prepararla es un poco más elaborada, ya que requiere diferentes preparaciones, pero solo requiere paciencia, ya que no es nada complicada y el resultado es espectacular. La base de hojaldre en la que se sirve la mousse de limón le da un toque crujiente delicioso y hace que sea un postre ideal para servir cuando tienes invitados. La base debe quedar fina y crujiente, por lo que hay que evitar que suba al hornear. Se consigue fácilmente poniendo la lámina entre dos hojas de papel de horno y otra bandeja encima que haga de peso, horno con calor arriba y abajo sin ventilador y el tiempo necesario para que quede dorada. Si las mousses son tu postre favorito no dudes en preparar esta clásica mousse de chocolate o esta mousse de frambuesas . También puedes prepararlas en versión pastel y triunfar con esta mousse de turrón de Jijona o este corazón de mousse de dos chocolates. Casca los huevos, separa las yemas de las claras y reserva ambas. Exprime el zumo de limón. Ponlo en una cazuela con el azúcar y las yemas de huevo. Lleva la cazuela al fuego y, sin dejar de remover, espera a que espese y que salgan los primeros borbotones. Pon las hojas de gelatina en remojo de agua fría 5 minutos. Aparta la cazuela del fuego y añade las hojas de gelatina bien escurridas, remueve con una cuchara para que la gelatina se disuelva bien y deja templar la mezcla. Monta la nata hasta que forme picos suaves y luego monta también las claras, por separado, a punto de nieve. Añade a la crema templada primero la nata montada con movimientos envolventes y después las claras, de la misma forma. Vierte la mousse en moldes rectangulares de silicona, tápalos con film transparente para que no cojan sabores y llévalos al congelador. Extiende la lámina de hojaldre sobre la superficie de trabajo y corta con un cortapastas rectangular o un cuchillo piezas algo más grandes que los huecos de los moldes de la mousse. Coloca los hojaldres sobre una bandeja de hornear forrada con papel sulfurizado. Tapa los hojaldre con otro papel y pon una bandeja de hornear para hacer de peso para que no suban. Hornea los hojaldres 10 minutos a 180°. Retira del horno, quita la bandeja y el papel y espolvorea con azúcar. Sube la temperatura del horno a 250°. Vuelve a introducir los hojaldres, vigilándolos porque se caramelizan enseguida. Retira y deja enfriar. Luego, espolvorea los hojaldres con cacao en polvo. Separa las yemas de las claras. Mezcla en el robot de cocina las claras y el azúcar glas, primero a baja velocidad, luego la vas aumentando poco a poco. Cuando el merengue forme picos, pásalo a una manga pastelera con boquilla de estrella. Reserva. Desmolda con tiempo las mousses y déjalas descongelar en la nevera. Coloca una mousse sobre cada hojaldre y sobre ella, pon el merengue con la manga pastelera. Tuéstalo con un soplete de cocina. Sirve el postre con 1 cucharada de ganache de chocolate. Para hacerla, hierve la nata hasta que salgan burbujas. Retira del fuego, añade el chocolate picado y remueve hasta que se funda. Trucos para una mousse de limón perfecta Utiliza limones de buena calidad, y si es posible, mejor ecológicos, así en caso de utilizar la ralladura de limón te aseguras que no haya químicos en la piel. Si no puedes comprar limones ecológicos asegúrate de lavarlos muy bien. Es importante colar el zumo de limón para quitarle los rastros de pulpa y que tenga una textura más delicada sin tropezones. Usa una batidora eléctrica con accesorio de varillas, a mano será difícil montar la nata y las claras con la textura que necesita la mousse de limón.