Si ya te has enamorado de este dip, te reto a que experimentes un poco. Puedes cambiar el queso fresco por una versión de queso crema más suave, o incluso añadir unos pistachos molidos por encima. Los pistachos son mi acabado preferido, le darán un toque crujiente e irresistible, y el contraste de color hará el plato, si cabe, todavía más elegante.
Si lo que estás buscando es una variante más saludable, tampoco hay problema, prueba a sustituir el yogur por uno bajo en grasa. A día de hoy en todos los supermercados podemos encontrarnos yogures con un contenido en grasa bajísimo que suelen denominarse 0.0, o incluso por una crema de queso ligera y rebajada con leche desnatada.
En cuanto a la presentación, yo diría que, en este caso, depende mucho de los comensales que tengas en mente agasajar. Este dip es perfecto tanto para una cena informal con amigos, tanto como para algo más elegante. Si tienes una reunión más festiva, te recomiendo presentarlo en cuencos pequeños con crudités de colores vivos, como zanahorias baby, láminas de encurtidos o tiras de pepino.
Si, por el contrario, vas a lo informal, unas buenas tostadas de pan rústico supercrujientes nunca fallan. Tomes la decisión que tomes este plato será el centro de atención en cualquier mesa.
Así que ya sabes, este dip de queso fresco y salmón ahumado es perfecto para cualquier ocasión, no es solo un plato delicioso, sino una verdadera joya culinaria que puedes preparar en casa en cualquier ocasión.
Ideal para cenas informales, comidas con amigos o incluso como entrante en una comida más formal. No esperes más para probarlo. Sorprende a tus invitados, te lo van a agradecer seguro.