Maria Nicolau lo ha vuelto a hacer. Con su estilo directo, algo provocador y siempre cargado de sentido común, la cocinera catalana ha abierto un nuevo debate gastronómico. Esta vez, a raíz de su denuncia en redes sociales sobre los menús escasos en muchos restaurantes de alta gama: "Sales con hambre", publicaba en su perfil de X, en referencia a platos que presumen de “cocina de producto” pero que eliminan ingredientes tan fundamentales como los carbohidratos. ¿El resultado? Platos minimalistas, precios exorbitantes y estómagos vacíos. Para quienes quieran preparar en casa platos de pasta que sí sacian y conquistan, en Cocina Fácil puedes encontrar recetas como los clásicos macarrones al pesto, los espaguetis 'cacio e pepe', los macarrones gratinados con gambas, nata y queso o una buena ensalada de pasta.
Para la chef, no hay nada como un buen plato de pasta bien ligado, con su salsa casera y hecha con cariño. Pero no sirve cualquier pasta, debe tener textura para que la salsa se adhiera y no se quede nadando en el fondo del plato. Porque sí, los pequeños detalles marcan la diferencia. Y en la receta que compartió en el canal de YouTube de '3Cat', lo deja claro desde el minuto uno: "Tiene que ser rugosa y porosa para que la salsa se adhiera, si usamos pastas lisas y brillantes, solo comemos pasta blanca con salsa en el fondo del plato. La salsa espera a la pasta, la pasta no espera nunca".
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A continuación, te compartimos cómo preparar esta receta en casa paso a paso. No necesitas técnicas complicadas ni ingredientes difíciles de encontrar. Solo ganas de cocinar y disfrutar de un plato lleno de sabor.
Espaguetis con tomate
Para 4 personas
Ingredientes
- 320 gramos de pasta
- 400 gramos de tomates cherry
- 4 dientes de ajo
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida
- Queso rallado
- Hojas de albahaca fresca
Paso a paso
Prepara la salsa
María empieza clara: “La salsa espera a la pasta. La pasta no espera nunca”. Pela los ajos y cortándolos en láminas finas. Luego, prepara los tomates cherry, que ella recomienda por ser jugosos todo el año y por requerir poco esfuerzo de la planta. No es necesario pelarlos.
Confita los ajos y añade los tomates
En una sartén grande, pon un chorro generoso de aceite de oliva y añade los ajos a fuego bajo. La idea no es freírlos ni tostarlos, sino confitarlos. Justo antes de que empiecen a coger color, enfría la sartén echando directamente los tomates cherry, sin apagar el fuego. Este truco evitará que los ajos se quemen. Aplasta algunos tomates con una cuchara para que suelten su jugo. Salpimienta al gusto y deja que la salsa se cocine unos minutos.
Escoge bien la pasta y pon el agua a hervir
Para María, lo más importante no es la forma, sino el acabado: usa pasta rugosa o “trafilata al bronzo”, que agarra mejor la salsa. Evita las lisas y brillantes, que no retienen nada. Pon una olla grande con abundante agua a hervir y añade sal generosa: la pasta debe poder nadar. Ella insiste en NO echar aceite al agua, ya que impide que la salsa se adhiera correctamente.
Cocina la pasta y escúrrela
Una vez que el agua esté hirviendo, añade la pasta y cuécela al dente. Cuando esté lista, apaga el fuego y coloca una tapa ligeramente encajada en la olla. Sujeta con dos trapos por los mangos y escurre la pasta vertiendo el agua por la ranura entre la olla y la tapa. Esta técnica “mal hecha”, como dice María, deja un culín de agua en el fondo que ayudará a ligar la salsa después.
Mezcla la pasta con la salsa
Vuelve a llevar al fuego la sartén con la salsa. Echa la pasta recién escurrida y mezcla bien. El pequeño resto de agua ayudará a que la salsa se funda con la pasta y quede cremosa y bien ligada. Cuando ya no quede rastro de agua, estará lista.
Emplata y sirve
Sirve la pasta en el plato, ralla queso por encima si te apetece y coloca unas hojas de albahaca fresca. María recomienda no cocer la albahaca, sino añadirla directamente en el plato para disfrutar mejor su frescor. Y listo: ¡un plato de pasta perfecto y sabrosísimo!
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Una receta que va más allá del plato
Lo que propone María Nicolau va muy en línea con lo que cada vez más gente busca: una cocina básica. Y es que no hace falta complicarse para hacer algo realmente bueno. A veces, lo más sencillo es justo lo que marca la diferencia.
Esta receta es tan versátil que tiene infinidad de variaciones. Puedes añadir alguna proteína, como atún o pollo, o incluso completarla con verduras asadas. Lo importante es respetar la base: una buena pasta, una salsa bien hecha y un paso a paso con cariño.
Y por supuesto, hay algo emocional en este tipo de platos. Son recetas que huelen a casa y que evocan recuerdos. La cocina de verdad, la que llena el estómago y también el alma.