Endivias con queso y nueces, entrante veraniego ¡en minutos!

No todo es lechuga en el mundo ensalada. Las endivias enamoran por su textura crujiente y ese ligero sabor amargo que les da la gracia. Combínalas con sus dos aliados naturales, el queso azul y las nueces, para preparar un entrante digno de un chef. Y para el toque original, unos daditos de pera: ¡harán la magia!

endivias con queso y nueces
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Marta Sánchez
Marta S. Galindez

Colaboradora

¿Ya no sabes qué inventar para comer fresco, rico y diferente? Las ensaladas son un buen recurso, pero hay vida más allá de las hojas verdes y el tomate de toda la vida.

Las endivias, sin ir más lejos, son un ingrediente que muchas veces no tenemos en cuenta. Marcan la diferencia con otras verduras que consumimos cruda por su textura crujiente.

Además,sus hojas tersas hacen son ideales como barquetas para canapés y ensaladillas, o para hacer trozos y usarlos como crudités.

Desde 'Mi Receta Simple Blending' nos dan todas las claves para preparar esta ensalada en unos minutos. Una bomba de vitaminas, fibra y minerales perfecta para afrontar el calor veraniego, y como entrante para cenas o comidas especiales. ¡Te contamos cómo hacerla!

Endivias con queso azul y nueces
Para 4 personas
Ingredientes
  • 2 o 3 endivias
  • 150 g de queso azul (roquefort, gorgonzola...)
  • 1 pera conferencia
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de miel
  • 1 cucharadita de mostaza
  • Vinagre de Jerez
Paso a paso
  1. Saca las hojas de las endivias y lávalas

    Corta la base de las endivias y elige las hojas más grandes para las barquetas. Calcula unas 4 hojas por persona; si salen más, no pasa nada. Lávalas bien y sécalas con un paño. Reserva el resto de las endivias.

  2. Ordena las hojas sobre una fuente

    Coloca las hojas de las endivias sobre una fuente o plato grande. Puedes ponerlas formando una flor, o en una fuente alargada, en paralelo y en diagonal.

  3. Pica y aliña las endivias reservadas

    Lava las endivias que has reservado y sécalas. Ponlas en un bol. En un bote de cristal con cierre de rosca, vierte un chorro de aceite de oliva virgen extra, la miel, la mostaza y un chorrito de vinagre de Jerez. Cierra, agita bien y vierte el aliño sobre las endivias picadas. Muévelas para repartirlo.

  4. Pela y corta la pera

    Tras pelarla, corta la pera por la mitad y quítale el corazón. Córtala en trozos grandes si prefieres que se noten, o pícala bien si quieres que se integre más con el relleno de endivias.

  5. Rellena las hojas

    Añade la pera cortada a las endivias picadas y aliñadas, y reparte este relleno sobre las hojas. Después, desmenuza el queso con los dedos o aplástalo con un tenedor y repártelo. Termina colocando unas nueces peladas; puedes picarlas o dejarlas enteras. Y si te apetece darle un toque especial, espolvorea cebollino seco por encima y adorna la fuente con un ramito de perifollo o una hoja de perejil.

Beneficios de las endivias

Las endivias, además, son una fantástica fuente de Vitamina C, ácido fólico, potasio y fósforo. Cuando hace calor, actúan como reguladoras de la temperatura corporal y nos ayudan a refrescarnos.
Con solo 10 kcal por cada 100 gramos, son todo sabor: esta ensalada de endivias con queso azul, nueces y pera es, por tanto, una receta deliciosa y muy equilibrada.

La verdura que se descubrió en un jardín botánico

Al parecer, las endivias solo se consumen desde hace unos dos siglos. Cuenta la anécdota que a principios del siglo XIX, el jardinero mayor del Jardín Botánico de Bruselas decidió cultivar achicoria para su consumo propio en una zona apartada. Como las plantas no recibían mucha luz, aquellas que crecieron en la oscuridad aparecieron... ¡Blancas!
Tras animarse a probarlas, el jardinero descubrió que tenían un sabor distinto con toque amargo, delicioso. Y ese es el principio de nuestra historia de amor (eterno) con las endivias.

Ideas para personalizar tu ensalada de endivias con queso azul y nueces

Esta es la base para preparar un entrante con éxito seguro. Pero las endivias aceptan todo tipo de sabores, tanto dulces como ácidos, salados... Por ejemplo, puedes poner encima unos granitos de granada o sustituir la pera por esta fruta.

Además de gracia, añadirás color a la presentación. Anímate a mezclar el relleno con orejones picados, a sustituir las nueces por anacardos tostados... ¡Haz tuya la receta!