5 trucos para que los macarrones con queso (Mac&Cheese) te salgan de restaurante

Los Mac&Cheese son un clásico de la cocina americana que hemos visto en montones de series. Si tú también quieres que te queden como a Monica en Friends aquí tienes unos cuantos trucos que te ayudarán a darles el toque que les falta.

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Sonia Murillo
Sonia Murillo

Colaboradora

Los macarrones con queso son una de las comidas más populares y también de las más fáciles de hacer. Pero como siempre suele suceder con los platos sencillos corremos el riesgo de simplificar demasiado y que no nos queden tan ricos como deberían. Seguramente, que el resultado que has obtenido siempre que los preparas no sea el que esperabas se deba a que estés cometiendo algún que otro fallo, saltándote algún paso o no comprando los ingredientes correctos. Pero no te preocupes que con estos cinco trucazos vas a conseguir que te queden como si fueras a un restaurante de Nueva York o Monica, de Friends, te invitase a comerlos en su casa.

Cómo conseguir que los macarrones con queso te salgan de 10

  1. Escoger la pasta adecuada. La receta típica americana no se hace con nuestros macarrones y tampoco debería prepararse con espaguetis, tallarines ni ningún otro tipo de pasta que no sea corta y gruesa. Esto se debe a que la consistencia de la salsa hace que, de otra manera, no consigamos la textura correcta. Los americanos usan coditos, es decir, una pasta en forma de tubo redondeado. En la mayoría de grandes superficies los puedes encontrar. ¿No das con ellos? Usa macarrones normales.
  2. Cuece la pasta un poquito menos de lo indicado. Como vamos a seguir cocinándolos después de la cocción en agua no conviene que nos pasemos de tiempo. Es mejor que queden al dente e incluso un poquito más crudos. Cuécelos entre uno y dos minutos menos de lo que se indica en el paquete y listo.
  3. Comprar un queso cheddar de calidad y combinarlo con otro de otro tipo. El protagonista de este plato es el queso así que conviene elegir uno bueno. Compra el queso cheddar, el típico de esta receta, en una cuña y rállalo tú. Así tendrá la humedad adecuada y fundirá como debe y mézclalo con otro más fundente todavía pero que también sea de buena calidad como el gruyère, el emmental o el gouda.
  4. Para hacer la salsa, parte de una bechamel ligera. No vale solo con fundir el queso en leche como indican algunas recetas. Para que verdad tenga ese sabor característico hay que partir de una bechamel y luego añadir los dos tipos de queso.
  5. Pon pan rallado para gratinar. El gratinado en el horno es parte fundamental de esta receta, ¡no hay que saltárselo! Una vez tengas mezclados los coditos con la salsa de bechamel y quesos, pásala a la bandeja de horno y añade más queso rallado por encima (puede ser parmesano) y luego pon también pan rallado. Gratina unos 10 minutos a 180º y listo.

Si quieres añadir más sabor también puedes ponerle a la bechamel una cucharada de mostaza en polvo y pimienta molida. Tampoco te olvides de poner hierbas aromáticas. Una combinación que funciona bien es la de tomillo y orégano pero puedes personalizarla a tu gusto.