Uno de los pasteles más conocidos de la repostería francesa es la tarta ópera . Creada por el famoso chef Gastón Lenôtre a mediados del siglo pasado, esta tarta, de forma rectangular, está formada por unas finísimas capas de bizcocho bañadas con jarabe de café y rellenas con una ganache de chocolate y una crema de café . Y para que todavía esté más rica, una vez montada, se decora con una glasa de cacao puro y unas avellanas troceadas . Es un auténtico placer para los sentidos. Si te animas a elaborar esta tarta ten en cuenta que, aunque se puede hacer sin problemas, su realización es bastante laboriosa. Cuece el bizcocho que servirá para montar la tarta y sigue nuestra receta, paso a paso, para preparar el jarabe y los distintos rellenos. Ya verás que, con un poco de paciencia y mucho amor, lograrás que tu tarta ópera quede perfecta. Sírvela un día que tengas una celebración o como postre en una cena especial y dejarás a todos tus invitados gratamente sorprendidos. Si eres fan de los pasteles de chocolate y quieres descubrir más ideas, no te pierdas la tarta de tres chocolates sin horno , la tarta rústica con crema de chocolate o la tarta Sacher al estilo clásico . Dispón las claras en un bol, añade la sal y bátelas hasta que estén espumosas. Incorpora 2 cucharadas de azúcar y sigue batiendo hasta que estén a punto de nieve. Tapa el merengue y déjalo reposar a temperatura ambiente. Casca los huevos en un bol y añade el azúcar restante y la harina de almendra; bátelos con varillas eléctricas hasta que doblen su volumen. Incorpora la mantequilla derretida y sigue batiendo a velocidad baja. Agrega la harina tamizada y mezcla hasta lograr una preparación homogénea. Añade las claras montadas, con suaves movimientos envolventes. Precalienta el horno a 180°. Vierte la masa en la placa forrada con papel sulfurizado, extiéndela y hornea el bizcocho durante 15 minutos; retíralo del horno y espera 10 minutos. Transcurrido el tiempo indicado, vuelca el bizcocho sobre una superficie lisa, despega el papel y recorta los bordes. Forma 2 cuadrados de 20 x 20 cm y 2 rectángulos de 20 x 10 cm, y déjalos enfriar sobre una rejilla. Calienta en un cazo 160 ml de agua con el café soluble y los 125 g de azúcar, a fuego suave, hasta que el azúcar y el café se disuelvan por completo. Retira y deja enfriar. Calienta la nata en una cazuelita, sin que hierva. Viértela sobre el chocolate troceado y remueve hasta fundirlo. Agrega la mantequilla y mezcla. Pasa la ganache a un cuenco y tapa con film a piel, para que no se reseque. Reserva la ganache en la nevera al menos 1 hora. Bate las yemas durante 5 minutos, con varillas eléctricas. Calienta en un cazo 40 ml de agua, el azúcar y el café soluble, a fuego medio, hasta que el azúcar se disuelva. Vierte esta mezcla sobre las yemas, en un hilo y removiendo, hasta que todos los ingredientes se integren. Sigue batiendo unos 7 minutos hasta que la preparación se enfríe. Añade la mantequilla ablandada y troceada, poco a poco, y bate a velocidad alta 2 minutos, hasta que la crema esté esponjosa. Tápala y reserva en el frigorífico. Pincela con jarabe un cuadrado de bizcocho y cúbrelo con parte de la crema de café. Cúbrelo con los 2 rectángulos, píntalos con más jarabe y extiende por encima la ganache. Añade el último cuadrado, pincélalo con el jarabe que queda y termina con una capa de crema de café. Alísala y reserva la tarta en la nevera. Disuelve la gelatina del glaseado en 20 ml de agua y deja reposar 10 minutos. Calienta 80 ml de agua con la nata y el azúcar, a fuego medio, hasta que hierva, removiendo. Añade el cacao tamizado y cuece 3 minutos, removiendo. Retira del fuego, agrega la gelatina y mezcla hasta incorporarla. Cuela esta preparación y déjala templar. Cubre la superficie de la tarta con la glasa de cacao, extendiéndola bien, decora con las avellanas troceadas y sirve. Ideas para que la tarta ópera quede espectacular Antes de empezar la tarta, saca los huevos de la nevera por lo menos media hora antes. Se trabajan mucho mejor. Para que el merengue salga perfecto, es importante que los utensilios estén bien limpios y secos. Una pequeña gotita de grasa o un resto de yema en las varillas o en el cuenco puede provocar que no salga bien. Para que el bizcocho quede sin grumos , es primordial tamizar la harina antes de mezclarla con el resto de ingredientes. Coge un colador y deja pasar la harina mientras vas moviendo.