Rosquillas de anís dobles, un dulce de sartén exquisito

¿Quién puede resistirse ante una bandeja de rosquillas de anís dobles? Son buenísimas y supersencillas de realizar. ¿Te animas?

Rosquillas dobles

Rosquillas dobles, un delicioso dulce de convento.

Cocina Fácil
Óscar Sanz
Óscar Sanz
Cocinero
8 personas
50 min

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Temporada:

Todo el año

Técnica:

Fritura

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Media

Sin lactosa

A la que pruebes estas rosquillas dobles que te presentamos hoy, estamos seguros que se convertirán en uno de tus dulces favoritos. Blanditas y esponjosas, destacan por su delicado sabor a naranja, con un toque de anís.

A la hora de freírlas, ten presente que el aceite debe estar caliente, pero no humeante. Si la temperatura es excesivamente alta, quedarán doradas por fuera, pero crudas por dentro.

Ingredientes paraRosquillas de anís dobles, un dulce de sartén exquisito

  • 500 gramos de harina
  • 2 cucharaditas de levadura en polvo
  • 2 huevos
  • 2 naranjas
  • 150 gramos de azúcar
  • 1 copita de licor de anís
  • ½ cucharadita de canela en polvo
  • aceite de oliva suave

Cómo hacer rosquillas de anís dobles, un dulce de sartén exquisito

1. Exprime naranjas

Exprime las naranjas y filtra el zumo. Casca los huevos en un cuenco, agrega 100 g de azúcar y bátelos, con varillas eléctricas, hasta que estén blanquecinos. Añade 1 dl de aceite, el zumo, el anís y la canela, y mezcla bien.

1. Exprime naranjas

2. Añade la harina

Incorpora a la preparación anterior la harina tamizada con la levadura. Trabaja la masa hasta obtener una masa homogénea que se despegue de las manos.

3. Forma las rosquillas

Coge pequeñas porciones de masa y moldéalas con la palma de las manos hasta formar unos cilindros finos. Une los extremos para obtener las rosquillas. Superponlas de dos en dos, apretándolas ligeramente, para que se adhieran bien.

3. Forma las rosquillas

4. Fríelas en aceite

Calienta abundante aceite en una sartén y fríe las rosquillas por tandas, dándoles la vuelta para que queden doradas por todos lados. Retíralas con una espumadera y déjalas enfriar en un plato forrado con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Sírvelas espolvoreadas con el azúcar restante.

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