Gazpacho ¿con o sin pan? 4 errores que no debes cometer JAMÁS y la receta definitiva

Llega el verano y con él uno de los platos más icónicos de nuestra gastronomía, ¡el gazpacho! Toma nota de nuestros trucos para que te quede perfecto

PASO A PASO PARA HACER GAZPACHO ANDALUZ CON TROCITOS DE VERDURAS: RESULTADO FINAL.
Cocina Fácil / RBA / A.J.J. ESTUDI, S.C.P.
Marina Blanco, colaboradora de Cocina Fácil
Marina Blanco

Colaboradora de Cocina Fácil

Aunque en cada casa se haga siguiendo el recetario familiar, lo que es innegable es que el gazpacho siempre lleva los mismos ingredientes, a diferencia de que en cada receta la cantidad de cada uno puede variar. Es más, aunque lo prepares siguiendo siempre la misma receta, al final el resultado es variable, ya que los tomates que utilices no siempre sabrán de la misma manera, y son la clave de que un gazpacho te quede de escándalo.

Además, puedes hacerlo con combinaciones que incluyen frutas para aportarle diferentes matices, como ocurre con este gazpacho de tomate y frambuesa que se sirve con daditos de queso feta, una picada de pistachos y frambuesas frescas. Puede que, en este momento, surjan las primeras dudas: ¿el gazpacho se hace con o sin pan? La verdad es que este pensamiento es un error muy habitual. Así que grábalo de una vez por todas en tu mente: la receta original de gazpacho, ¡no lleva pan! A diferencia del salmorejo, que se hace con pan sobrante del día anterior.

Para hacer gazpacho, solo necesitas 1 kilogramo de unos buenos tomates maduros, media cebolla, 1 pepino pequeño, medio pimiento rojo y 1 diente ajo. Es decir, ingredientes frescos y naturales a los que además se le añaden un vaso de agua fría, uno de aceite de oliva suave, un chorrito de vinagre y una cucharadita de sal.

Errores que no debes cometer al preparar gazpacho

Emulsionar el gazpacho

1. Elegir unos tomates que estén verdes

Si los tomates no están maduros, lo que obtendrás es un gazpacho sin sabor. La mejor variedad que puedes comprar en la frutería para prepararlo es el tomate pera, un tomate muy equilibrado en cuanto a sabor, carnoso, y que además apenas tiene desperdicio.

2. Triturar los tomates sin pelar

Para que la textura te quede lisa, es imprescindible que todos los ingredientes estén pelados, sobre todo los tomates que tienen la piel tan fina. En caso de que no los peles, puedes pasar el gazpacho por un colador chino para que se queden ahí los restos sólidos.

3. Servir el gazpacho a temperatura ambiente

Aunque no lo parezca, no es lo mismo que el gazpacho se sirva a temperatura ambiente que bien fresquito. Para que le de tiempo a enfriarse, lo mejor es que lo conserves al menos 2 horas en la nevera antes de servirlo. ¿Quieres enfriar el gazpacho más rápido? Guárdalo en el congelador dentro de una olla de acero inoxidable, lo tendrás fresquito en apenas 1 hora.

4. Agregar todo el aceite de golpe

La clave para conseguir una textura algo más densa en el gazpacho, está en agregar el aceite en forma de hilo y batir con la batidora al mismo tiempo hasta que el aceite quede totalmente integrado.

Las claves para hacer un buen gazpacho, paso a paso

Tomates para escaldar

1. Escalda los tomates

Para que la textura del gazpacho te quede lisa y sedosa es muy importante que utilices tomates pelados. Para ello sólo tendrás que marcar los tomates con una cruz en la base y escaldarlos 30 segundos en agua hirviendo.

2. Tritura los ingredientes del gazpacho

Lava, pela y trocea las verduras para triturarlas. Como te saldrá bastante cantidad, te recomendamos que utilices un recipiente grande en lugar del vaso de la batidora. Tritura bien el gazpacho hasta que obtengas una crema suave y homogénea.

3. Emulsiona con el aceite

El siguiente paso es agregar el agua y la sal. Tritura de nuevo, añade un chorrito de vinagre y vuelve a remover. Mientras agregas el aceite en forma de hilo, sigue batiendo con la batidora de manera que mientras lo haces, el gazpacho vaya adquiriendo una consistencia más espesita.

4. Sirve el gazpacho

Es fundamental servirlo bien frío, y puedes acompañarlo con un picadillo de hortalizas frescas, o bien con la tradicional guarnición de huevo duro, picatostes y taquitos de jamón.