¿Disfrutas de lo lindo dipeando y haciendo barquitos en las salsas? Te aviso que con esta receta vas a disfrutar de lo lindo . Se trata de una salsa muy especial, ya que se sirve caliente, como si fuera una fondue; de hecho, esa es la traducción literal de su nombre: bagna caoda o salsa caliente. Su origen lo encontramos en Italia, en concreto en la región de Piamonte, de donde también son el risotto y los grissini , los famosos palitos de pan alargados. Se elabora con anchoas y ajo, lo que le da muchísima personalidad , y es perfecta para mojar en ella verduras, tanto crudas como cocidas. También dicen que lo mejor es acompañarla con una buena copa de vino, pero esto ya va sobre gustos. El ritual es muy parecido a la fondue de chocolate . El recipiente en cuestión recibe se llama fujot, se calienta con una vela de té y sirve para mantener la salsa caliente, pero no se hace allí, solo es para servirlo. ¿Puedes hacerlo sin este recipiente? Sí, igual que la fondue que podrías hacerla al baño maría, pero si lo tienes así mejor. Otra de las diferencias con la fondue, es que aquí las hortalizas se cogen con las manos, más fácil todavía. La receta es sencilla y consta de dos partes: la preparación de la salsa y la preparación de las verduras, que puedes utilizar las que tú quieras, preferiblemente de temporada. Para la salsa necesitarás ajo, anchoas y aceite de oliva . Aquí ya viene la primera variación, puesto que hay quienes añaden crema de leche o quienes prefieren hacerla con vino. Si la haces con leche, tendrás que tener cuidado y cocinarla a fuego muy bajo para que no se corte . Al final puedes añadir unas nueces picadas para darle un toque más intenso. ¿Te ha entrado el gusanillo de la fondue ? Anímate con la fondue de queso auténtica como la hacen en Suiza, la fondue de caldo con 3 carnes y 3 salsas o la fondue de chocolate con frutas y galletas. Más recetas de salsas Cremosa y llena de sabor, la salsa holandesa es una de las salsas más conocidas y básicas de la cocina francesa, no holandesa. Es ideal para acompañar pescados y mariscos, verduras a la plancha, ensaladas y los famosísimos huevos benedict. Dentro de las salsas tradicionales no podía faltar la salsa roquefort , una de mis preferidas. ¿Qué te parece servirla como acompañamiento de un solomillo de cerdo entero, preparado con el calor residual del horno? Te encantará el alioli de pimientos de Padrón que, como te imaginarás, unas veces pica y otras no. Si lo pruebas y no pica, siempre puedes agregarle unas gotitas de tabasco. Está buenísimo con patatas asadas. Si te van los aderezos exóticos, no dejes de probar la pasta de curry rojo . La mezcla de especias como el cilantro, el comino, la mostaza negra y el picante chile rojo es toda una experiencia. Mención especial se merece la tofunesa , sobre todo si tienes cerca alérgicos al huevo, una deliciosa receta para la que necesitas tofu, aceite, limón y mostaza. ¡Buenísima! ¿Te apetece una salsa muy original para acompañar postres? La salsa de café es tu receta. Disfrutarás muchísimo con ese toque amargo y cremoso que podrás servir junto con unos ricos buñuelos.