¿Te gustan las tartas de manzana ? Pues bien, hoy te traigo una versión exprés que no pierde ni una pizca de ese encanto: una tarta de manzana cremosa, jugosa y facilísima de preparar. Esta receta tiene truco. A diferencia de las tartas de manzana más clásicas, aquí no necesitas hacer una compota durante horas ni preparar una base complicada. Es una mezcla perfecta entre bizcocho esponjoso , manzana cocida y una crema que se monta en un periquete. La probarás por curiosidad… y acabarás haciéndola en cada oportunidad. Además, es ideal para cuando tienes invitados y poco tiempo , o simplemente te apetece un capricho dulce que no implique pasarte la tarde en la cocina. Vamos, que te salva la merienda, la cena o ese “necesito algo rico” que aparece a media tarde. ¿Por qué es tan especial esta tarta? Hay muchas recetas de tarta de manzana, pero pocas combinan textura cremosa, rapidez y sabor tradicional como esta. La base tipo bizcocho contrasta con el relleno de manzana cocida y el toque de vainilla del budín. Y el remate, esa cobertura de nata con queso, es pura suavidad. Además, puedes adaptarla sin problema : ¿no tienes budín de vainilla? Sustitúyelo por natillas espesas. ¿Prefieres menos azúcar? Reduce un poco la cantidad y quedará igual de buena gracias al dulzor natural de la manzana. Un postre de los que repites Lo mejor de esta tarta es que no necesita presentación lujosa ni ingredientes exóticos . Con cosas que probablemente ya tienes en casa, puedes preparar un postre que sorprende por su cremosidad y su sabor suave. Va perfecta con un café o un té, y no hay quien se resista a repetir. Pruébala, guárdala en tu recetario y no me niegues que estás ante una de esas tartas que se queda para siempre. Porque cuando un postre sale bien, entra directo en la lista de imprescindibles.