Hay recetas que huelen a verano, a terracita con amigos y a tapeo improvisado al borde del mar. Y si hay una que cumple con todo eso, esa es la ensaladilla de merluza con gambas. Refrescante, sabrosa y con ese punto elegante que le da el pescado , es una alternativa estupenda a la clásica ensaladilla rusa . Ideal para los días calurosos y perfecta si quieres salirte un poco de lo de siempre sin complicarte la vida. En mi casa esta receta es sinónimo de domingos relajados. De hecho, más de una vez ha sido la salvación de una comida que empezaba sin rumbo. Unas patatas cocidas que sobraron, un trozo de merluza congelada que nadie quería y cuatro gambas que rondaban por el fondo del congelador. Todo eso, junto con un poco de mayonesa casera y mucho amor, se transforma en una tapa que parece sacada de chiringuito de playa con estrella Michelin. Lo mejor de todo es que se hace en un momento y no necesita ingredientes raros . Solo ganas de disfrutar y, si me apuras, una cervecita bien fría para acompañarla. ¿Vamos a por la receta? Aquí la tienes, explicada paso a paso, para que te quede de diez. ¿Se puede preparar con antelación? Por supuesto. Puedes dejar todos los ingredientes cocidos y picados, guardarlos por separado en la nevera y mezclarlos justo antes de servir. Si usas mayonesa casera, recuerda no conservarla más de 24 horas y añadirla solo a la parte que vayas a consumir. En cambio, con mayonesa comercial puedes guardar la ensaladilla durante uno o dos días sin problema. Ideas para personalizarla ¿No te va mucho el pepinillo? Cambia por aceitunas verdes sin hueso o incluso por unas piparras suaves si te gusta el toque ligeramente picante. También puedes probar una versión más “marinera” con atún en conserva o con salmón ahumado. Y si quieres una versión más ligera, sustituye parte de la mayonesa por yogur natural o crema agria. Una tapa perfecta para cualquier ocasión Esta ensaladilla de merluza con gambas es ese tipo de plato que puedes improvisar entre semana o lucir en una cena informal con amigos. Va bien como entrante, como tapa o incluso como plato principal en días calurosos. Es sencilla, rápida y tiene ese sabor fresco que nos recuerda que lo bueno no tiene por qué ser complicado. Así que ya sabes: anímate a prepararla, disfruta de su sabor y sorprende a los tuyos con una ensaladilla diferente, con todo el sabor del mar y el encanto de las recetas caseras de toda la vida. ¡Te va a encantar!