Uno de los postres más populares de la gastronomía italiana, y que hoy en día se puede degustar en casi todas las partes del planeta, es, sin lugar a dudas, la panna cotta o panacota . Suave, cremosa y con un delicado sabor, esta especialidad de la región del Piamonte conquista a todo el mundo. Y es que no hay nadie que se resista ante sus encantos. Si siempre la has comido fuera de casa, pero nunca te has atrevido a prepararla en tu cocina, aquí tienes una receta que, a la que la pruebes, te va a encantar. Es fácil, rápida y tiene un delicado sabor a nata y a frambuesa que es una maravilla. Seguro que la vas a incorporar a tu recetario personal y la harás cada dos por tres. Si quieres descubrir otras variantes, fíjate en la panna cotta de La Cosmopolita o en la panna cotta de vainilla con salsa de fresas . Y si buscas una versión vegetariana, echa un vistazo a la panna cotta de arroz y mango . Lleva nata líquida vegetal, agar-agar y bebida de arroz. Una receta sin complicaciones Elaborada con muy pocos ingredientes, y todos sencillísimos de encontrar en los supermercados, la panna cotta es tan fácil de realizar que no requiere dotes especiales para conseguir un excelente resultado. Solo tienes que calentar la leche, la nata líquida, la vainilla y el azúcar glas en un cazo y, cuando empiecen a hervir, retirarlos del fuego y añadir las hojas de gelatina , hidratadas y bien escurridas. Una vez mezclados los ingredientes, eso sí, deberás tener un poco de paciencia porque deberás esperar unas dos horas para que la gelatina cuaje y la panna cotta coja cuerpo. Esto podría ser un hándicap, pero, en realidad, es una gran ventaja, ya que, si la quieres servir en una comida especial, la podrás tener hecha con antelación. Así no tendrás que estar en la cocina hasta el último momento y podrás estar más tiempo con tus invitados. Para la cobertura, nosotros acompañamos la panna cotta con un coulis de frambuesas , que también es facilísimo de hacer. Deja cocer las frambuesas con el azúcar, un poco de agua y el zumo de ½ limón y, a los 12 minutos, retira y tritura. Para que el coulis quede muy fino, pásalo por un colador chino. Un apunte: aunque la panna cotta se suele consumir recién sacada de la nevera, te recomendamos que la saques cinco minutos antes de la nevera para que se atempere . De esta manera, podrás distinguir mejor todos sus matices. Ideas y variantes para la panna cotta con coulis de frambuesas En el momento de desmoldar la panna cotta, para no tener problemas, introduce el molde en un cuenco con agua caliente durante unos segundos. Sustituye las frambuesas por arándanos, fresones, mango, melocotón … En lugar de coulis, puedes verter por encima un chorrito de miel o con un poco de chocolate fundido. Puede ser negro o con leche. Puedes decorar este postre con cítricos. Prueba con unos gajos de mandarinas o de naranjas . Para que el efecto estético sea más bonito, retira todas las pielecillas blancas. Si quieres aportar un toque crujiente, espolvorea unos frutos secos picados (nueces, avellanas, almendras, anacardos…) o unas galletas trituradas . ¿Cuál es la diferencia entre un flan y una panna cotta? Aunque son preparaciones muy parecidas en cuanto al resultado, la preparación y los ingredientes son diferentes. El flan suele llevar huevos como uno de sus ingredientes principales y es el huevo el que actúa "coagulando" la receta, en cambio, la panna cotta combina la nata, con la leche y la gelatina.