Diluye la levadura en el agua templada. Coloca los 300 gramos de harina en un bol, incorpora el agua poco a poco y amasa. Añade una pizca de sal y 50 mililitros de aceite de oliva, y continúa amasando al menos durante 5 minutos. Al final, debes obtener una masa elástica pero no pegajosa. Bolea la masa para darle forma de bola , disponla en un cuenco y tápala con un trapo limpio de algodón. Deja reposar durante 3 horas, hasta que haya doblado su tamaño. Pela y pica los ajos y la cebolla. Calienta el aceite en una sartén, añade la cebolla y sofríela hasta que esté transparente. Agrega los ajos, fríelos un par de minutos e incorpora las carnes picadas. Cuando estén doradas, incorpora el tomate, el perejil, el tomillo y una pizca de sal, tapa la sartén y cuece a fuego lento durante 30-40 minutos. Dispón la masa sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada, amásala unos minutos y estírala formando un disco. Coloca el disco de masa sobre la bandeja del horno forrada con papel sulfurizado. Extiende encima la salsa boloñesa y espolvorea con la mozzarella. Cuece la pizza en el horno, precalentado a 250°, durante 12-15 minutos, hasta que la masa se dore. A media cocción, casca un huevo en el centro. Retira la pizza del horno cuando esté lista, reparte por encima la rúcula y sírvela bien caliente.