Los ñoquis se hacen con patata , pero no todos los ñoquis. Estos se hacen con calabaza y son una auténtica delicia además de ser un poco más sanos que los tradicionales. Y es que la patata no cuenta como verdura pero la calabaza sí, así que, quitando el beicon es un plato en su mayoría vegetal. ¿Lleva mucho trabajo hacer ñoquis caseros? Pues la verdad es que rápido no es por eso, nuestra sugerencia es que te guardes esta receta para hacerla durante el fin de semana y que aproveches para hacer una buena cantidad y tenerlos congelados para tomarlos cualquier día que vayas sin tiempo. No hemos indicado el tiempo de cocción de los ñoquis porque dependiendo de su tamaño y de cómo los hagas este variará . ¿Cómo saber cuando están listos? ¡Muy fácil! Cuando floten. Al añadirlos al agua hirviendo los ñoquis se hunden pero una vez estén listos los verás en la superficie del agua. Quizá haya unos que floten antes que otros, ve sacándolos cuando estén listos. Puedes acompañar estos ñoquis de la salsa que prefieras pero es cierto que se trata de una preparación que puede resultar un tanto contundente. Nuestro consejo es que los sirvas casi como si fuera una ensalada de pasta , con hojas verdes de canónigos y radicchio o cualquier mezcla de lechugas que te apetezca. Pela la calabaza y límpiala, eliminando las semillas. Lávala, sécala y córtala en trozos medianos. Ponlos en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado y ásalos 30 min en el horno precalentado a 180º. Pasa la calabaza a un colador de malla fina y deja que escurra el agua que haya soltado, presionando con un tenedor. Luego, tritúrala y salpimiéntala. Añade el huevo, mezcla hasta integrarlo y agrega 300 g de harina, poco a poco sin dejar de amasar hasta que tengas una masa manejable y poco pegajosa. Toma porciones, forma cilindros de 2 cm de grosor y déjalos reposar durante 2 horas en la nevera. Después, corta los cilindros en rodajas de unos 2 cm de grosor y, luego, rebózalos en harina, dándoles la forma ovalada característica de los ñoquis. Calienta abundante agua en una cacerola y, cuando rompa a hervir, añade un poco de sal y los ñoquis. Mientras limpia el beicon, córtalo en tiras finas y dóralas en una sartén sin aceite hasta que estén crujientes. Cuando los ñoquis estén cocidos, retíralos con una espumadera para que se escurran bien y, luego, tuéstalos un poco en una plancha engrasada con aceite. Lava las hojas de radicchio, canónigos y albahaca, sécalas y repártelas en los platos. Añade los ñoquis, las tiras de beicon y el queso. Salpimienta, aliña con aceite y sirve. Consejos: Si quieres, puedes marcar los ñoquis con un tenedor para que se vean esas líneas en la superficie tan características de esta preparación. Es un gesto simplemente decorativo pero le darán un toque de lo más profesional. Cuece los ñoquis por tandas para que no se peguen entre sí. Y ve sacándolos con una espumadera. Después saltea todos a la vez.