El desayuno saludable, ligero y proteico que me preparo en 5 minutos con queso cottage

Una idea fresca y saciante para empezar el día con buen sabor… y sin complicarte. Solo necesitas queso cottage, miel y frambuesas. ¡Manos a la obra!

Desayuno saludable con queso y frambuesas
iStock
2 personas
5 min

5

(3 votos)

Temporada:

Todo el año

Técnica:

Sin cocción

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

baja

El queso cottage se ha convertido en un imprescindible en muchas cocinas, y no es casualidad. Bueno para la salud y bajo en grasa, es ideal para quienes buscan un alimento saciante, digestivo y versátil. Su textura suave y su sabor neutro lo hacen perfecto tanto para recetas dulces como saladas. No sorprende que cada vez más personas lo incluyan en sus desayunos saludables, snacks o incluso en versiones ligeras de postres clásicos como este flan:

Yo siempre tengo un bote en la nevera, y gracias a eso descubrí, casi sin querer, el desayuno que se ha convertido en mi favorito desde hace semanas. Una mañana mezclé lo que tenía a mano: un poco de queso cottage, una cucharada de miel y unas frambuesas. El resultado me encantó: algo rápido, delicioso y muy saciante, ideal para empezar el día con energía.

Fresco, sin harinas ni horno, y listo en solo 5 minutos. Si por las mañanas vas con prisa, pero no quieres renunciar a un desayuno nutritivo y apetecible, ¡esta receta te va a encantar!

Además, es muy fácil de adaptar. Puedes usar las frutas que tengas en casa, cambiar el endulzante o añadirle algún topping crujiente. Y si lo sirves en vasitos bonitos, parece sacado de una pastelería. Ideal para esos días en los que tienes invitados y no te quieres complicar. 

¿Quieres probarlo? A continuación te dejamos los ingredientes y el paso a paso para que te quede perfecto. Si lo incluyes en tu rutina matinal, empezar el día con buen pie será mucho más fácil.

Ingredientes paraEl desayuno saludable, ligero y proteico que me preparo en 5 minutos con queso cottage

  • 200 g de queso cottage
  • 1 cucharada generosa de miel o sirope de arce
  • Un puñado de frambuesas frescas o congeladas

1. Suaviza el queso cottage

Vierte el queso cottage en un bol mediano. Con ayuda de una cuchara, un tenedor o un batidor de mano, remueve enérgicamente durante unos segundos para romper los grumos y conseguir una textura más uniforme. Si prefieres una mezcla aún más fina, puedes triturarlo unos segundos con una batidora de mano, aunque no es necesario.

2. Añade el endulzante

Incorpora una cucharada de miel o sirope de arce y mézclalo bien hasta que se integre completamente con el queso. Prueba la mezcla y ajusta el dulzor si lo deseas. También puedes añadir una pizca de canela o vainilla en polvo en este paso para darle un extra de sabor.

3. Monta el bol

Reparte la mezcla en uno o dos vasos pequeños o cuencos individuales. Añade por encima las frambuesas lavadas y escurridas. Si quieres una presentación más bonita, puedes alternar capas de mezcla con capas de fruta hasta llenar un vaso o copa.

4. Sirve o refrigera

Puedes tomarlo al momento si lo prefieres a temperatura ambiente, o guardarlo en la nevera durante 15-30 minutos para que esté bien fresco. Justo antes de servir, decora con un poco de canela, unas hojitas de menta o unos frutos secos picados si tienes a mano.

Variantes que me encantan

Una de las cosas que más me gusta de esta receta es lo fácil que resulta adaptarla según lo que tengas en casa o lo que te apetezca ese día. Aquí te dejo algunas ideas que suelo usar para darle un toque distinto cada vez:

Si quieres cambiar el dulce

En lugar de miel, puedes usar crema de dátiles casera, que es más espesa y muy dulce. Otra opción que me encanta es la compota de manzana o de pera, sin azúcar, que queda genial con el queso. Y si te gusta algo más suave, el sirope de agave también funciona muy bien.

Si quieres cambiar la fruta

Las frambuesas son un clásico, pero a veces uso moras, arándanos o fresas cortadas si tengo en casa. También quedan muy bien las cerezas (eso sí, sin hueso). Puedes usar fruta fresca o congelada, pero asegúrate de que esté bien descongelada.

Si te apetece algo más completo

 A veces le pongo por encima un poco de granola o frutos secos picados, como nueces, almendras o pistachos. Le dan un toque crujiente muy rico y hacen que llene más.

Lo mejor es que puedes ir probando cosas nuevas según lo que tengas en casa. ¡Así nunca te cansas!

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