La receta de hoy tiene un lugar destacado en la gastronomía española. Es una elaboración que tiene sus trucos y que te hace lucirte en la mesa cuando consigues ese resultado tan jugoso y gustoso.
Más cosas a su favor: puedes prepararlas unas horas antes y calentarlas en el último momento. De hecho, hacerlo así es práctico y aconsejable, porque las gambas cogerán más el sabor del aceite con ajo y guindilla y estarán más sabrosas. Pero controla muy bien el punto de cocción y déjalas casi crudas en el cocinado, al calentarlas se acabarán de cocer, pero no se resecarán.
Para hacer las gambas al ajillo se suele decir que cada maestrillo tiene su librillo, y es que pueden prepararse de muchas maneras diferentes y de todas ellas obtener una receta riquísima. Un platillo que puede servir de entrante para una cena festiva o un aperitivo en el centro de la mesa a modo de tapa.
¿Qué gambas escoger para hacer gambas al ajillo?
El secreto para que siempre aciertes es sin duda la calidad de los ingredientes. Si puedes permitirte unas gambas frescas, muchísimo mejor. Pero también puedes preparar esta receta con gambas congeladas, siempre que sean de buen tamaño y calidad. Puedes utilizar gambas blancas o gambas rojas. Y también gambones congelados de buena calidad.
El aceite, esencial que sea de oliva virgen extra suave. El ajo debe quedar bien doradito, pero sin quemarse para que no aporte sabores desagradables. El resultado debe ser una gamba jugosa, en aceite de oliva, con los matices provenientes de la mezcla del marisco junto con el ajo y la guindilla.
¿Cuántas gambas por persona?
Es difícil concretar, porque las cantidades pueden variar mucho en función de las personas, del tamaño de las gambas y también del resto de platos que prepares. Si las gambas son un platillo más dentro de un aperitivo, calcula 2 o 3 por persona.
Si preparas esta receta como primer plato o entrante, deberás poner mínimo 6 gambas por persona. En nuestra receta hemos utilizado 1 kg de gambas frescas (es decir, 250 gramos por comensal), pero esta es una ración muy completa, pensada como plato principal.