Habría que desterrar de una vez ya conceptos como 'operación bikini' cuando llega el verano, que año tras año aún oímos por todas partes, porque además de hacer referencia solo al cuerpo femenino y a dietas rápidas, no soluciona lo principal que es adquirir unos hábitos saludables de alimentación, en verano y todo el año.
"No masticamos, engullimos"
La médico y nutricionista Magda Carlas recordó en un encuentro con la prensa, al que también asistió Cocina Fácil, que es imprescindible dedicar el tiempo suficiente a masticar los alimentos y olvidarnos de las texturas blandas, que nos aportan menor sensación de saciedad. De hecho, muchos de los productos adictivos son blandos.
Si se mastica mucho y despacio, las sensaciones sensoriales se amplifican, además de mejorar la digestión, nos sentiremos más llenos, porque la saciedad aumenta con las texturas más duras.
La mayoría comemos en menos de 20 minutos, pero no solo los días laborables, también los fines de semana cuando el reloj no nos tiraniza...
Hay que dedicar el tiempo suficiente a la masticación y no tener pereza de comer fruta troceada en lugar de beber solo su zumo, por ejemplo. La nutricionista también recomienda olvidarse un poco de los purés como sinónimo de dietas para perder peso y tomar más ensaladas o verdura entera o tomar un yogur natural (ácido) con frutos secos troceados, como los pistachos o las nueces, mejor que tomar un yogur desnatado, que no sacia y la diferencia de grasa con el natural es mínima.
Cocina Fácil
Añade texturas nuevas a tus platos
Hay que innovar con las texturas en nuestros menús para forzarnos a masticar más y, sobre todo. en verano que tenemos más tiempo y podemos dejar de lado, como dice la Dra. Carlas el estilo de vida excel.
Tanto en los platos dulces como en los salados podemos incluir texturas duras. Si comemos gazpacho, mejor echarle sus verduritas troceadas. Si tomamos helado, en lugar de dos bolas, acompañarlo de fruta troceada o frutos secos.
Acompañar los alimentos de texturas como la del pistacho americano, por ejemplo, no solo permite disfrutar más de la comida sino que ralentiza la ingesta y ayuda a reducir el apetito. Y cuanto más diversas sean las texturas, mejor.