Peyuelas en la Mancha, Huevillos o Huevecillos en Andalucía y Repápalos en muchos lugares de Extremadura aunque es conocido por muchos nombres. El más curioso es el de Tartabellacos en Coria y Villar de Plasencia . Postre más que típico en muchos lugares de la España rural y que puede aparecer hoy en día en tu casa para regusto de todos los comensales. Es tan fácil de hacer y tan rápido , que estamos seguros de que probarás a hacerlos. Ahora son más habituales en la cocina en cualquier época del año, pero antiguamente era un postre del Día del Padre, Navidad o Semana Santa. Metidos en la nevera durante unas horas son ideales también para los calores del verano. Ten en cuenta que la base de la receta también sirve para hacer de los Repápalos una comida salada condimentándolos, por ejemplo con sal, perejil y pimienta. Solo habría que cambiar el cazo de la leche por una sartén con una buena fritada de tomate. Seguro que tienes algún sobrante de pan en casa ¡A por ellos! Esta receta es de esas que no necesitan florituras ni trufas por encima. Solo una buena cuchara y una memoria gustativa que te transporte a la infancia. Aunque, aviso, si los metes unas horitas en la nevera… se vuelven adictivos . Ese contraste del pan frito con la leche fría y aromática es difícil de superar. Vamos con la receta, que seguro que ya te estás imaginando el cuenco humeante. Este postre tiene ese algo que solo tienen las recetas de siempre: es sencillo, resultón y con historia. Perfecto para aprovechar lo que tienes en casa y para demostrar que no hace falta gastar mucho para comer bien. Porque en tiempos donde todo parece ir deprisa y se lleva lo moderno, da gusto volver a estas recetas humildes que han alimentado a generaciones enteras. Además, si un día te atreves con la versión salada , solo tienes que eliminar el azúcar y la canela, y sazonar la mezcla con sal, pimienta y un poco de perejil. En vez de leche, los fríes y los sirves con tomate casero. ¡Y ahí tienes un plato nuevo por el mismo precio! ¿Te animas a prepararlos? Te aseguro que estos huevecillos de leche son uno de esos placeres sencillos que alegran cualquier tarde. Con pan del día anterior, sí… pero con sabor de toda la vida.