¿Dónde se acumulan los microbios en mi cocina? ¿Cómo se reproducen las bacterias en la cocina? ¿Cuántas bacterias hay en la cocina? No queremos alarmar a nadie, pero sí prevenir posibles infecciones. Por ese mismo motivo, y sabiendo que la cocina y el baño son las estancias de la casa que más contaminación acumulan, vamos a hablar de los microorganismos de la cocina y cómo eliminar estas bacterias para evitar males mayores. ¿Dónde se acumulan los microbios en mi cocina? Antes de nada debemos tener una cosa clara: en la cocina, los lugares donde más microbios se acumulan son las encimeras y otras superficies expuestas al día a día de nuestro trabajo entre fogones; algunos utensilios como los peladores o abrelatas; los electrodomésticos más complejos, como pueden ser los robots de cocina, las amasadoras o las licuadoras ; los desagües del fregadero y cualquier utensilio de madera (cucharas, tablas...). Otro importante foco de bacterias a tener en cuenta son los estropajos y otras herramientas de limpieza de la cocina , como bayetas, esponjas o trapos. Son muchas las ocasiones que acudimos a ellos para limpiar más que los platos, lo que supone que aumente el riesgo de contaminación cruzada. ¿Cómo se reproducen las bacterias en la cocina? La madera tiene un riesgo mayor, tanto que algunos utensilios fabricados con ella están prohibidos en el sector de la restauración por no considerarse suficientemente seguros a nivel microbiológico. El motivo es que se trata de un material poroso que conserva la humedad durante mucho tiempo , necesidad primordial para el crecimiento microbiano. De modo que conviene cuidarlas bien después de servir o cortar. Aunque el debate está abierto y el riesgo a nivel doméstico es muy bajo, se aconseja escoger utensilios de otros materiales , como el metal, la silicona o el plástico. Gracias a ellos evitaremos potentes focos de bacterias en la cocina. ¿Cuántas bacterias hay en la cocina? Asimismo, los materiales de los que están hechos los estropajos, generalmente porosos y con tejido aireado, suponen una ventaja para el crecimiento de las bacterias, por lo que se convierten en el hábitat ideal para los microorganismos. Se calcula que un estropajo es capaz de albergar a más de 50.000 millones de bacterias por centímetro cúbico. Razón de más para tener mucho cuidado a la hora de utilizarlos fuera de la cocina, al limpiarlos una vez los utilicemos y, sobre todo, a renovarlos con la mayor frecuencia posible .