Los trucos infalibles para hacer la mejor quiche casera

La quiche es la reina de las tartas saladas. Admite infinidad de ingredientes, es fácil de preparar y cunde mucho. Te servirá tanto para una cena rápida como para un entrante o un aperitivo, si la sirves cortada en porciones triangulares. Pero que te quede de lujo tiene su misterio. Con nuestros trucos, triunfarás.

quiche
Cocina Fácil
Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de CocinaFácil.com

1. Haz la masa en casa

Vale, hacer la masa requiere su tiempo, pero el resultado siempre merece la pena y la diferencia se nota. De todos modos, preparar la quiche con una masa brisa o quebrada refrigerada, comprada en el súper, también es una buena opción cuando no tienes mucho tiempo. Y si no encuentras masa brisa, con masa de hojaldre también puedes hacer una tarta tipo quiche.

En este artículo te contamos, paso a paso, cómo se hace la pasta brisa o quebrada casera (sí, son lo mismo). Para utilizarla como base en tus tartas saladas o quiches, no le añadas el azúcar que incluyen los ingredientes.

2. Deja enfriar la masa antes de hornearla

Para que quede bien cocida (uno de los errores más habituales al preparar una quiche es que la masa queda cruda en la base) es importante hornear primero la base, sola.

Pincharla con un tenedor o ponerle un peso encima –lo más habitual son unos garbanzos secos, sobre un papel de horno– es básico para que la masa no se deforme ni se hinche y la tarta te quede preciosa, especialmente si utilizas hojaldre.

pincha la masa brisa
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También es importante enfriar la masa antes de meterla en el horno: una vez la tengas ya extendida en el molde, resérvala en la nevera. Con 30 minutos será suficiente. Si te parece demasiado tiempo, ponla 10 minutos en el congelador.

3. Elige una buena proporción para el relleno

Una quiche no es una tortilla, aunque el huevo sea el ingrediente que hace cuajar el relleno. Pero tienes que mezclarlo con nata líquida (la proporción habitual es 3 huevos por 125 mililitros de nata líquida) y luego añadir el resto de ingredientes de la quiche.

rellena la quiche
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Como siempre, estas medidas son una orientación, tú debes encontrar el punto a tu receta, incluso puedes sustituir la nata líquida por otro lácteo, desde crème fraîche hasta yogur o una mezcla de queso crema y leche. Probar distintas combinaciones será la única manera de dar con la fórmula ideal.

4. Para que quede bien esponjosa...

Bate los huevos primero, para que queden bien espumosos (puedes utilizar varillas eléctricas) y luego añade la nata y vuelve a batir.

Las burbujitas que se forman harán que el relleno quede bien esponjoso y que los ingredientes que le pongas queden bien repartidos por todo el relleno y no se vayan todos al fondo de la tarta.

5. Un truco para conseguir una base crujiente

Es casi inevitable que la base de la tarta se humedezca al verter el relleno en ella. Y que, como consecuencia, pierda un poco de su punto crujiente. Pero tenemos un truco fácil que funciona: justo después de hornear la base, cuando aún esté caliente, píntala con clara de huevo batida (puedes añadir la yema restante al relleno sin problema).

Separa la clara de la yema
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Con el calor, la clara de huevo cuajará y creará una finísima capa que evitará que la masa brisa se humedezca.

6. Ajusta el tiempo y la temperatura del horno

Cada horno es un mundo, ya lo sabemos. Y tú conoces mejor que nadie el tuyo, así que seguro que sabes cómo ajustar la temperatura y el tiempo de horneado de tus recetas.

Aunque sí hay un par de normas a la hora de preparar una quiche que funcionan en cualquier caso. Uno: la temperatura de cocción tiene que rondar los 180º. Si quieres, puedes precalentar el horno a 200º –porque tiene que estar caliente al introducir la tarta, es decir, la masa ha de estar fría y el horno caliente, el contraste de temperaturas asegura una cocción óptima–. Y dos: pon la quiche a una altura media, así te aseguras de que se cueza bien, sin quemarse en la superficie.