Pon la leche en un cazo al fuego. Una vez esté caliente, pero antes de que rompa a hervir, baja el fuego, agrega el azúcar y remueve sin parar, para que no se pegue o queme, hasta que se disuelva. Añade la vainilla y el bicarbonato. Cuece a fuego lento, sin dejar que hierva y removiendo, hasta que tenga la consistencia y el color que desees (entre 90 minutos y 2 horas); cuanto más lo cuezas, más oscuro y denso será). Retira del fuego, remueve 5-10 minutos y déjalo enfriarse.